Competencias para el éxito

Carlos Cuesta (SPC)
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Dominar el mercado económico actual requiere de emprendedores de gran talento, habilidades de liderazgo y una gran formación en valores empresariales para enfrentarse a las situaciones más adversas con seguridad y eficacia

Competencias para el éxito

El emprendimiento es el camino por el que se decide una clase de personas minoritarias y muy concretas que se plantean la vida como un desafío en el que el éxito es una carrera de fondo para la que hay que estar muy bien preparado. Hay personas que desde los primeros años de colegio ya despuntan de una manera decidida con una forma de pensar y trabajar eficiente que les define y diferencia de los demás.

Conformar una mente emprendedora orientada al éxito, con iniciativa, creatividad, autoconfianza y entusiasmo es el gran desafío que se plantean como meta en sus vidas los profesionales más cualificados.

Se trata de un planteamiento que está dirigido a potenciar la creación de nuevas ideas que aporten soluciones eficaces a problemas reales, colaborando de este modo en la mejora de la sociedad.

Innovación

La experiencia de los grandes empresarios deja muy claro que triunfar va mucho más allá de tener una idea innovadora. Habilidades como la confianza en sí mismo y la iniciativa son innatas a todo emprendedor, pero se trata de actitudes que se deben potenciar y que para desarrollarlas eficientemente es necesario contar con una personalidad que integre una serie de competencias como, por ejemplo, la búsqueda constante de oportunidades, la iniciativa y la proactividad que en este tipo de perfiles resultan primordiales. 

Actuar, anticiparse a los problemas, buscar continuamente oportunidades de negocio, pensar en cómo adelantarse a la competencia con nuevos productos o servicios, así como ejecutar acciones orientadas a objetivos muy claros es lo que marca la diferencia.

Valentía

Es una cualidad que se aleja del atrevimiento o la imprudencia y que va unida a la capacidad para asumir riesgos calculados como un factor implícito a la hora de emprender. Para ser capaz de llevar una idea a la acción es imprescindible saber tomar riesgos y evaluar las contrapartidas, así como las recompensas. Con este enfoque, se evita el miedo a dejar pasar oportunidades y hacer frente al temor al fracaso.

Confianza

Características como la autoconfianza y autoeficiencia, es decir, creer en uno mismo, sentir seguridad y tener confianza en las propias capacidades para afrontar los retos son fundamentales para superar las grandes dificultades que surgen en la vida cotidiana de los negocios. Se trata de unos rasgos de personalidad que, según los expertos, hacen que estos profesionales sean capaces de alcanzar las metas que se propongan. La confianza, además, evita sentir miedo a tomar riesgos, por lo que la mente emprendedora se centra en mayor medida en los beneficios y en las oportunidades más que en los fracasos.

Autocrítica

En un contexto tan competitivo en el mundo empresarial actual se hace imprescindible que los emprendedores cuenten con un pensamiento crítico y, a la par, creativo para avanzar y tener resistencia ante la adversidad. El mejor empresario se hace de muchos malos negocios. Decía Henry Ford que el fracaso es la oportunidad para volver a intentarlo de una forma más inteligentemente. Una máxima que seguramente le ayudó a conseguir el éxito de Ford Motor Company después de haber fracasado en dos proyectos previos de fabricación de automóviles.

Para aportar nuevas ideas y tomar las decisiones correctas son esenciales la creatividad y la perseverancia. No hay que olvidar el pensamiento crítico que representa la capacidad de analizar, argumentar y aplicar la lógica. Con él se encuentran soluciones ajustadas a los problemas detectados y de él surgen otros proyectos a desarrollar.

Liderazgo

Las dotes de gestión son básicas para organizar el trabajo propio y el del equipo. Un líder de éxito debe aportar un estilo propio, adaptado a su modelo de negocio y a su personalidad. En el caso de formar un grupo de trabajo, el emprendedor se erigirá como el jefe capaz de transmitir con pasión y motivación todo aquello que hay que desarrollar.

A estas competencias y habilidades hay que sumar la capacidad de planificar, la independencia, la autoexigencia, la persistencia, la persuasión, la resiliencia, la adaptación a los cambios, las dotes de comunicación y oratoria, la capacidad de negociar y persuadir y unos sólidos valores éticos.