Sí a la churra

Lucía Toribio
-

«El premio reconoce la labor de toda una vida, se trata de un trabajo que hay que hacer durante muchísimos años. No se consigue de la noche a la mañana»

Jesús Álvarez Ruiz. Premio Anche de Leche Ordeñada - Foto: Juan Mellado

Llevar desde los nueve años trabajando como ganadero no es algo fácil y más si ese oficio está completamente infravalorado. La Asociación Nacional de Criadores de ganado Ovino Selecto de Raza Churra (Anche) lleva casi 50 años, desde 1973, controlando y mejorando estas ovejas en Palencia y en todo Castilla y León.

Son varios los premios que otorga la organización y en concreto, uno de los más relevantes es el concurso nacional de leche ordeñada de oveja churra. Este año el primer puesto ha sido para Jesús Álvarez, natural de Fuentes de Nava, con una media de 207 litros en 153 días. Pero no es la primera vez que alcanza el podio, en 2021 quedó segundo y hace dos años, tercero.

«Es un premio reconocido a la labor de toda una vida, se trata de un trabajo que hay que hacer durante muchísimos años. No se consigue de la noche a la mañana, por ejemplo, a nosotros nos vienen a controlar una vez al mes. Ya son 30 años los que llevamos en Anche», explica Álvarez.

Se trata de ir trabajando día a día. «Nosotros pudimos empezar con una media por oveja de bastante menos de la mitad de lo que estamos teniendo ahora, eso se consigue mejorando en genética y en productividad», asegura el ganadero de Fuentes.

No se trata de generar más producción para conseguir el premio sino para que los ganaderos puedan vivir de su trabajo. La inflación y la subida de los precios les está afectando directamente tanto a sus costes de producción, como a su imagen ya que «muchos ciudadanos nos culpan de la subida del precio de la leche».

Cuidar a cada oveja y saber con cuál te tienes que quedar es una tarea complicada. «Yo voy con un lector ya que cada oveja tiene un bolo ruminal, un dispositivo que me permite identificarla, y le hago un carné de identidad. En cuanto pasa el bolo, me dice los litros que va a dar de media de producción y sobre eso ya tengo que saber si la debo criar o no», expone Álvarez.

Es necesario que el ganadero lleve un control y conozca el árbol genealógico de cada oveja. «Cambiamos la sangre ya que los machos son de otras ganaderías, y eso es fundamental porque si no se estarían cubriendo madres con hijos o padres con hijas», declara el ganador del premio.

«Aunque siempre se haya dicho que la churra era una oveja de poca producción, ahora mismo estamos con unas bastante altas. Sin embargo, en Castilla y León no tenemos el reconocimiento que nos merecemos. La denominación de origen se la lleva Castilla-La Mancha, a pesar de que usan la leche procedente de nuestra comunidad», asevera Álvarez.

A esto se suma el problema de que «la ganadería es un trabajo muy esclavo, además de no tener la rentabilidad que se merece». Por ello, es un empleo con apenas relevo de trabajadores. «Yo tengo un hijo y una hija y ninguno se quiere hacer cargo. Fuentes de Nava es el pueblo con más ganado de Palencia, pero ha perdido mucho», añade el ganadero.

«Ninguno tiene reemplazo. Todos tenemos en torno a 50 y 60 años y, cuando nos jubilemos, se acabará la ganadería en esta zona. De hecho, en Paredes había 14.000 ovejas y ahora solo hay 2.000», explica el premiado, que pide más valoración y apoyo hacia la ganadería y sus trabajadores.