El pasado 6 de noviembre recibió un homenaje de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Palencia. Era el reconocimiento a su dilatada labor en San Antonio, el barrio en el que vive desde hace más de cuatro décadas, cuyo colectivo vecinal presidió y con el que ha colaborado en cuantas iniciativas y actividades ha hecho falta.
Ahora las cosas no son como entonces y el movimiento asociativo está de capa caída, pero mucho de lo que puso en marcha el grupo de entusiastas del que formaba parte Aurora Maeso Luengo, sigue dando frutos. Es un orgullo para ella, que nunca ha buscado el aplauso y que ha emprendido todas las acciones porque eran necesarias o podían resultar positivas.
Hoy en día, ya sin asociación en el barrio, mantiene unas estrechas y fluidas relaciones con quienes la acompañaron en la aventura vecinal y está abierta a colaborar siempre que sea necesario.
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