2 años de cárcel para el administrador de un club por trata

A. Abascal
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Aprovechándose de la situación de necesidad económica por la que pasaban las mujeres, la mayoría de nacionalidad extranjera, en sus países de origen y, con el pretexto de que podía llegar a ganar mucho dinero en el club, las engañaba para venir

Un hombre identificado como O.A.B. asumió ayer en la Audiencia Provincial una pena de dos años de cárcel como autor responsable de un delito de trata de seres humanos después de llegar a un pacto de conformidad con el Ministerio Fiscal, que tras reconocer el acusado los hechos le retiró el delito de coacciones para obligar a ejercer la prostitución y también aplicó el atenuante de dilaciones indebidas, según informaron a este periódico fuentes del proceso.


El acusado, administrador de un club de alterne de Dueñas, se enfrentaba inicialmente a una pena de 7 años de cárcel a propuesta de la Fiscalía.


Según se relata en el escrito de acusación, el hombre, aprovechándose de la situación de necesidad económica por la que pasaban las mujeres, la mayoría de nacionalidad extranjera, en sus países de origen y, con el pretexto de que podía llegar a ganar mucho dinero en el club, las engañaba para venir. Supuestamente, utilizaba a otras mujeres que ya ejercían la prostitución en el club para acercarse a ellas a través de SMS. Les hacía enviar mensajes a amigas y conocidas de sus países de origen para atraerlas, procurando evitar siempre el lugar concreto en que se encontraba el club de alterne, así como la identidad del acusado.

 

LOS HECHOS. Fue en junio de 2013 cuando una de estas mujeres recibió un SMS de una conocida suya, que residía en España, haciéndole llegar la propuesta de trabajo. Aunque en un principio tuvo dudas ya que sólo contaba con 19 años, la precaria situación económica por la que atravesaba su familia la llevó a aceptar.


Le enviaron entonces 1.000 euros para pagar el billete de avión y una reserva hotelera. Su periplo comenzó en octubre, cuando salió de su país rumbo París y de ahí a Madrid. Una vez en la capital española fue recogida en el aeropuerto por el propio acusado, que la trasladó a Palencia. Ya en el club, según se recoge en el escrito fiscal, le asignó a la joven una habitación y la indicó que se duchara y cambiara, explicándole posteriormente las normas del club. 


Una vez comenzó a trabajar, con las ganancias que obtenía fue obligada a pagar tanto el billete del vuelo como la reserva hotelera. El fiscal considera que hay un delito de trata de seres humanos, con abuso de situación de vulnerabilidad.