Víctor Corcoba

Algo más que palabras

Víctor Corcoba


Rehacer el mundo

10/01/2023

Tenemos las entretelas dañadas. Esto afecta a la salud mental. Caminamos tensos, con la incertidumbre en los labios del alma y el veneno del odio inmerso en casi todos los lenguajes. Vamos también cogidos a una atmósfera corrupta a más no poder, insensible a las lágrimas, con letargo en el espíritu, anemia en la voluntad y falta de coraje en el pulso. Así, bajo este contaminado aire, cuesta transformar algo. Lo cierto es que deberíamos ser más benignos y menos crueles, más poesía que poderosos, más del verso y de la conjugación del verbo, que de los anversos convertidos en pedruscos. Sea como fuere, si uno asume la dinámica donante y desposeída del amar, tal vez deje de anestesiarse y se rehaga la mística que todos llevamos mar adentro. 
Evidentemente, si nuestro interior se ablanda todo se vuelve más llevadero. Desterremos, pues, de nuestro camino la deshumanización e inhumanidad vertida en cada paso. Ya está bien de dividir y amortajar. No podemos continuar así, tenemos que despertar, renovarnos y restaurarnos, en la línea de los valores morales, cultivando la justicia social y reconstruyendo otro orden, quizás más celeste que terrenal. Seguramente tengamos que convertir toda la tierra en un nuevo hogar, con la presencia de la familia entroncada en el amor, que es lo que en verdad nos concilia y reconcilia como linaje.
Curar el mundo es curarnos a nosotros mismos. Por eso debemos tener bien fija nuestra mirada en no desamparar a nadie; puesto que aún se requiere mucho más compromiso político y esfuerzos individuales, para mejorar las vidas de multitud de seres humanos que languidecen sin ciudadanía y viven en la exclusión total. De igual forma, si sabemos que el cambio climático multiplicará la desigualdad y será tan mortal como el cáncer en algunas partes del mundo, impulsemos el salto mediante una agresiva reducción de las emisiones. No vayamos a cruzarnos de brazos, en plan pasivo, y a esperar que la masacre nos triture. 
En cualquier caso, podemos restablecernos, siempre hay sanación para todo, es cuestión de hacer el propósito de enmienda adecuado, tanto en sentido físico, como social y anímico.