Las mujeres mandan en una de cada 4 explotaciones agrarias

P. Velasco
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Castilla y León se sitúa entre las comunidades con un menor número de féminas al frente de las granjas pese al incremento en la incorporación al campo que se ha producido en diez años

Una ganadera, titular de una explotación, da de comer a los animales que tiene a su cargo. - Foto: Pablo Lorente

Castilla y León pierde explotaciones agrarias, tal y como pone en evidencia el último Censo Agrario 2020 publicado hace unos días por el Instituto Nacional de Estadística (INE), con un descenso del 10,9 por ciento entre 2009 y 2020. Un informe que también ha dejado cifras positivos como el incremento del número de mujeres en el campo y, sobre todo, al frente de las explotaciones. En la Comunidad, una de cada cuatro instalaciones agrícolas o ganaderas están dirigidas por féminas, que ya son las jefas de un 23 por ciento de las explotaciones. En concreto, Castilla y León cuenta con 65.325 granjas dirigidas por hombres frente a las 19.540 que están al mando de una mujer.

El dato es positivo porque revela el avance en igualdad que se ha producido en los últimos años en un sector como el campo, aunque está muy lejos de la deseada paridad, ya que solo suponen el 23 por ciento. Un porcentaje que convierte a Castilla y León en la quinta comunidad por la cola con mujeres como jefas de las explotaciones agrarias y muy lejos del 48 por ciento que suponen en Galicia, el 44,5 por ciento en Asturias o el 33,5 de Cantabria. Las regiones con menor presencia de mujeres en cargos de responsabilidad en relación con la de sus compañeros son Navarra (19,3%), La Rioja (21,2%), Aragón (21,4%) y Madrid (22,6%).

A nivel nacional, los jefes de explotación son ahora un 15,8 por ciento menos que en el censo anterior, con un total de 653.237. Por el contrario, las jefas de explotación han aumentado un 28,6 por ciento entre 2020 y 2009, hasta llegar a un total de 261.634, tal y como recoge el último censo elaborado por el INE.

Si se analizan los datos con más detalle, del total de titulares de explotaciones agrícolas de la Comunidad –ya sean hombres o mujeres–, solo 446 tienen menos de 25 años, mientras que la gran mayoría (32.267) tienen más de 65. Además, la mayoría de ellos (69.027) únicamente tienen la experiencia agraria, mientras que otros 12.100 tienen cursos de formación específicos, 2.495 cuentan con Formación Profesional y 1.243 con una titulación universitaria.

Volver al pueblo.

Los colectivos que representan a la mujer rural en la Comunidad valoran este aumento de féminas al frente de las explotaciones agrarias, aunque advierten de que todavía queda mucho por hacer, sobre todo para luchar contra el envejecimiento de la población que se queda en los pueblos. La presidenta regional de Iniciativa Social de Mujeres Rurales (Ismur), Rosa María Arranz, indicó que el incremento de la presencia de las mujeres en el campo se debe principalmente a dos situaciones que han provocado la vuelta al pueblo de los jóvenes: la crisis económica de 2008 y la pandemia.

«Son jóvenes que tenían una formación fuera del campo, pero que por la incertidumbre laboral o la jubilación de sus padres se han convertido en titulares de las explotaciones», señala Arranz, que también apunta a que el dato del censo agrario puede ser «ficticio» porque incluye a las titulares de derechos PAC «pero que realmente no se dedican al campo». «No hay control y esto puede desvirtuar la realidad», añade.

Lucía Martín, responsable regional de Afammer, destaca la complicación por acceder a una explotación agraria, «ya que se trata de mujeres mayores, con edades avanzadas». «No hay relevo generacional y la información que se ofrece llega muy tarde y muchas veces mal», comenta, por lo que ve el futuro «muy complicado» para el medio rural.