"Palencia sufre una gran fuga de jueces titulares"

César Ceinos
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El decano del Colegio de Abogados de Palencia dejará el cargo tras diez años cuando se conozca el nombre de su sucesor. El proceso electoral ya está en marcha y, cuando deje el decanato, seguirá trabajando en la procesión que más le gusta

Santiago González Recio - Foto: Sara Muniosguren

El decano del Colegio de Abogados de Palencia,Santiago González Recio, se despedirá del cargo cuando se desvele el nombre de su sustituto. El próximo 7 de diciembre se conocerá el nombre de los candidatos a ocupar su puesto y el día 22 del mismo mes, si hubiera más de un candidato, se celebrarán las elecciones. De esta manera pondrá fin a una etapa que comenzó el 20 de diciembre de 2012, fecha en la que recibió, por primera vez, el apoyo de sus colegas para suceder a Daniel Ibáñez Espeso. Exactamente cinco años después fue refrendado para un segundo mandato.En el primer caso, superó a Trinidad Infante Barrera; en el segundo, a Gabriel Ruiz García.

Vallisoletano de nacimiento «y palentino de corazón», llegó a trabajar a la ciudad del Carrión en el año 1976 tras estudiar en el colegio de La Salle y en la Facultad de Derecho de la Universidad de Valladolid (UVa). Es socio del bufete González&Suárez Abogados, cuenta con despacho en ambas capitales y está especializado en Derecho de Seguros y Responsabilidad CivilExtracontractual, Derecho Hipotecario, Derecho de Sucesiones y Donaciones y Derecho de Propiedad. Antes de dejar el puesto, quiere agradecer la labor de su familia. «Sin su apoyo y su ayuda no hubiera sido posible».

¿Qué función cumple la institución que aún lidera?

La labor del colegio es controlar la profesión y formar a los colegiados. Los abogados tienen que darse de alta en una provincia donde tengan abierto un despacho. Tras este trámite, estás sometido a una serie de criterios de normas deontológicas, de honorarios y de formación, entre otros. También sirve de ayuda a la ciudadanía a través del turno de oficio.

¿Por qué tomó la decisión de no optar a un tercer mandato como máximo responsable del Colegio de Abogados de Palencia? 

Cuando me presenté en el año 2012, entendía que el período máximo de estos cargos institucionales eran dos mandatos. Dije que si ganaba las elecciones, una de las cosas que iba a hacer era modificar los estatutos colegiales para no estar más de diez años. Y siendo decano eso he hecho. Ahora estoy terminando el segundo mandato y podría haberme presentado a un tercero porque el primero, al cambiarse después, no cuenta. Pero no me he presentado por coherencia con mi pensamiento y con la palabra que di en su día. 

¿Qué balance hace de estos diez años?

Pienso que esta pregunta la tienen que responder los colegiados, pero creo que he cumplido con lo que me comprometí en los programas de los dos procesos electorales a los que concurrí en 2012 y 2017.

¿De qué labores de su paso por el Colegio de Abogados se siente más satisfecho?

De haber conseguido acercar a todos los compañeros al colegio, que se hayan sentido partícipes y que hayan colaborado en la vida de la institución. Para mí ha sido lo fundamental y es de lo que más orgulloso estoy. 

Por otro lado, también quiero resaltar el trabajo del resto de los miembros de la Junta de Gobierno, que son el vicedecano, Miguel Hermosa; la secretaria, Mar Gómez; el tesorero, Eduardo Bueno; la bibliotecaria, Sandra Vélez; el diputado primero, Francisco Pérez; el diputado segundo, Miguel Polvorosa y la diputada tercera, Arancha Pérez. Todo lo que se ha hecho en el colegio durante esta década ha sido con su ayuda, que durante diez años han hecho una labor magnífica. Y más cuando no reporta una ganancia. Es una dedicación altruista que, por sentido de la responsabilidad, se hace para el Colegio de Abogados.

Por último, otro aspecto positivo ha sido la colaboración inestimable de las empleadas de la institución, que son tres. Siempre han estado a disposición de lo que necesitáramos.

¿La pandemia de coronavirus trastocó su segundo mandato (2017-2022)?

El segundo mandato, realmente, ha sido muy problemático a nivel profesional. Con la implantación de la nueva oficina judicial tuvimos muchos problemas y al colegio le tocó implicarse y luchar para que saliera adelante. También vivimos la reforma del palacio de Justicia, que fue una incomodidad para los abogados y, por supuesto, la pandemia, que supuso una serie de normas y de paralizaciones de procedimientos. Pero los abogados, sobre todo los del turno de oficio, siguieron trabajando a pesar del confinamiento. Había detenidos a los que había que asistir. Todo se fue sacando adelante y nunca los abogados dejamos de cumplir con nuestra función.

Antes, durante el primer mandato (2012-2017), tuvimos que luchar por la retirada de la ley de tasas que, tras varias manifestaciones, todos los abogados conseguimos que se eliminara.

¿Cómo ha cambiado el Colegio de Abogados y, en general, la Abogacía en Palencia a lo largo de este último decenio?

Al colegio se le ha dado un vuelco total, que viene, fundamentalmente, de tener las puertas abiertas a todos los compañeros. En este aspecto, lo que más ha incidido ha sido la creación de las comisiones de trabajo. Hay comisión de Deontología, de Honorarios, de Formación, del Turno de oficio… hay varias y están implicados varios profesionales. Eso supone que están trabajando también para el colegio. Por ello, mi agradecimiento a todos esos compañeros que han echado una mano.

Además, ha habido un gran avance importante en el tema tecnológico, aunque se ha producido por el propio cambio de la sociedad, no porque lo haya gestionado yo. Ahora se pueden hacer conferencias telemáticas y las jornadas de formación, a distancia.

¿Podría hacer una radiografía de la actualidad de la profesión en Palencia?

El trabajo de los abogados cada vez es más complicado. Cada vez hay menos y esto es una realidad que se está dando tanto en Palencia como en todas las provincias españolas.

La relación con la Justicia ha sido correcta y fluida durante gran parte de los dos mandatos, pero en la actualidad nos encontramos en Palencia con una gran fuga de jueces titulares que son suplidos por sustitutos. Tienen mi máximo respeto, aunque su experiencia y formación no es la misma que la de un titular, que ha sacado una oposición y una preparación. 

La ciudad, no sabemos el porqué, está cubierta por jueces sustitutos y eso está dificultando nuestro trabajo. La calidad de la justicia ha caído.

Como ya comentó, uno de los retos a los que se ha tenido que enfrentar en el último lustro es la instauración de la oficina judicial única, que fue «un caos», según reconoció usted mismo. ¿En qué situación se encuentra en estos momentos?

Bajo mi punto de vista, como decano y abogado en ejercicio, el mayor problema es el de los jueces. El tema de la oficina judicial única creo que se ha ido solucionando poco a poco. Con el paso del tiempo, y con una mayor dotación económica y de funcionarios, está remontando y funcionando.

Otra reclamación frecuente es la ampliación de los órganos judiciales. No han sido pocas las voces que han reclamado un octavo juzgado de Primera Instancia e Instrucción en la capital

Es muy necesario, y no solo un octavo juzgado de Primera Instancia e Instrucción. En mi opinión, necesitaríamos un segundo Juzgado de lo Penal. Hay provincias, como Segovia, que tienen menos casos y población que Palencia y lo tienen. También un juzgado de Familia. Ese octavo juzgado que reclamamos por todos los sitios podría ser uno específico de Familia y eso supondría que estos temas se le quitarían a los otros siete y eso daría más agilidad. 

Por otro lado, Palencia tiene un juzgado de Menores que no tiene prácticamente contenido porque hay pocos casos. Que haya un juzgado de menores en esta provincia es algo que había que remodelar, pero es un debate muy complicado.

Respecto a los juzgados de la provincia, pienso que, a día de hoy, siguen siendo necesarios, pero no se sí el Ministerio de Justicia los va a mantener. Esta semana ha salido un decreto que regula el establecimiento de los juzgados de Violencia de género en varias comunidades autónomas. Lo hacen como programa piloto a ver qué pasa. En Carrión hay un juez que tramita estos temas. Si lo centralizan (que es lo que han hecho en estas zonas) en Palencia, las víctimas tendrán que desplazarse y perderán casos los abogados de allí. Esta centralización, aunque no queramos, se va a ir produciendo.

Un tema de candente actualidad es 'la ley del solo sí es sí', que ha generado consecuencias que el Gobierno no se había planteado cuando presentó el texto. Recientemente ha defendido la labor de los abogados en estos casos

La labor del abogado es defender a aquel que tiene necesidad de ello. Aquellos que han arremetido contra los jueces, los fiscales y los abogados no tienen ninguna razón. Si una ley está mal hecha, la culpa es de quien la ha hecho así y no ha cumplido con su trabajo. Que la reformen y, en el momento que la reformen, desaparecerán los problemas que se han creado, pero el abogado tiene que hacer su trabajo de defensa por encima de todo y acatando la ley.

La reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (Lecrim) prevé que el fiscal lleve la investigación en vez del juez. ¿Facilitará la labor de los abogados?

Creo que la labor de los abogados quedará igual, ni facilita ni obstruye. Nosotros tendríamos que intervenir desde nuestro ámbito, ejerciendo el derecho de defensa bien de una víctima o de un acusado, y lo ejercemos ante quien sea. Es una modificación que alteraría todo el funcionamiento de la instrucción de los delitos. Hasta ahora, el juez instruye con la ayuda de la policía y quien pide pruebas son las acusaciones de la fiscalía y de la acusación particular. Luego el procedimiento pasa a otro ámbito, al del juez que dicta la sentencia. Con este cambio, se pretende cambiar totalmente la instrucción y que sea el fiscal quien instruya los casos. Es una variación tan brutal que no se sí estoy a favor o en contra, solo que va a necesitar una dotación económica importante a la fiscalía, porque tendrá que incrementar su trabajo. Pienso que la reforma va a tardar en salir adelante. 

También han criticado las retribuciones del turno de oficio.De hecho, su mejora es una de las peticiones habituales del sector

La retribución del turno de oficio es un auténtico escándalo a todos los niveles, tanto en las comunidades con las competencias transferidas como en aquellas que dependen del Ministerio de Justicia. Entre ellas está Castilla y León. Todos están mal pagados, pero, sobre todo, en las segundas. Las comunidades autónomas, por diversos motivos, tienen baremos más altos. Además, en un discurso que di recientemente, puse el ejemplo de la media que se paga en España y en Europa por el mismo asunto. En el territorio nacional, es de 147 euros y en el continente, de 380 euros. 

En cambio, la media anual de asuntos es de 3.200 y 800, respectivamente. La dedicación de la Abogacía al turno de oficio es de 365 días al año. No hay un solo minuto en el que no haya de guardia un abogado para asistir a un detenido. La labor es impagable. En el Colegio de Abogados de Palencia hemos creado el Servicio de Orientación Jurídica (SOJ), donde se recibe de lunes a viernes de 9,30 a 11,30 horas a los ciudadanos que tienen dudas sobre si tienen derecho a un abogado del turno de oficio.

Actualmente, ¿ser abogado es una buena profesión en Palencia?

A mí me parece una magnífica, aunque ahora mismo es una profesión complicada, no por el trabajo, sino por la compensación económica que se recibe. No es un problema de las minutas, es del número de casos, que baja. Antes había más asuntos y está cayendo el número de abogados. Ahora hay una distribución distinta de la Justicia. Hay asuntos que llevan macrodespachos de Madrid que se mueven por toda España porque el ejercicio es libre. Eso resta al profesional de aquí.

¿Qué retos tiene la Abogacía en estos momentos?

Principalmente, conseguir la estabilidad de la profesión y que aquel que se dedique a la Abogacía pueda vivir de ella. Hay abogados con ingresos escasos que malviven con el ejercicio de la profesión en Palencia.

¿Ha habido algún cambio positivo en los últimos años?

La Abogacía, a nivel interno de los despachos e institucional de los colegios, está teniendo el nervio suficiente para adaptarse a la evolución social. Está formándose para los nuevos tiempos, cosa que la Justicia no está haciendo porque no tiene medios económicos.

¿Cómo ve el futuro de la profesión y a todos aquellos jóvenes que quieren ser abogados?

Las nuevas generaciones tienen que prepararse, formarse y trabajar duro. Es lo fundamental. Las normas son muy cambiantes y los abogados tienen que adaptarse.  Con preparación, formación y un buen trabajo es probable que salgan adelante. Los colegios de abogados organizan muchísimas jornadas de formación a las que pueden acudir gratuitamente.

¿Salen los futuros abogados bien preparados de las universidades?

Sí, normalmente salen de las universidades bien preparados.

¿Animaría a que los jóvenes con vocación de abogados den el paso?

Sí, soy un enamorado de la profesión. Animo a quien tenga ganas de ejercer como abogado a que lo haga, a que se colegie y a que se forme.

En su segunda toma de posesión comentó que debían «dignificar la profesión» y que tuviera «un mayor reconocimiento». ¿Cree que están valorados por la sociedad?

Según una encuesta, el 87% de los que respondieron valoraron positivamente la labor del abogado de oficio. Si lo trasladas al resto de la abogacía, si no es el 87% será el 70%. Creo que estamos muy bien valorados por la sociedad, otra cosa es que lo estemos por las instituciones a nivel remuneratorio, que es lo que estamos peleando. Durante este mandato, el Ayuntamiento nombró una plaza con el nombre de la Abogacía del turno de oficio y eso es un reconocimiento.

Por último, ¿qué tiene previsto hacer cuando abandone el decanato del Colegio de Abogados?

Seguir trabajando. Dejaré el decanato y la Abogacía institucional y pasaré al despacho a continuar ejerciendo. La gente que me encuentro por la calle me dice «veo que te jubilas», pero no, yo voy a seguir haciendo lo que más me gusta, que es mi profesión de abogado. Eso no es jubilarme, es dar paso a otros compañeros.