Al cole sin coche

A. Benito
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Más de medio centenar de alumnos se sumó al proyecto impulsado por el Ampa del colegio de Grijota para promover la movilidad sostenible y unos hábitos de vida saludables

Al cole sin coche

Mientras alumnos y profesores trabajan casi a diario la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), decenas de coches se amontonan a las puertas de los colegios en las horas de entrada y salida de clase. Luchar contra esa práctica que en los últimos años se ha convertido en habitual, incluso en los pequeños pueblos, y promover una movilidad sostenible es el objetivo del proyecto Ven al cole sin coche, impulsado por el Ampa del colegio de Grijota, dependiente del Centro Rural Agrupado Campos de Castilla. 

«La gente que iba a trabajar se quejaba por el colapso que se producía debido a que todos los padres llevábamos a nuestros hijos en coche», explica Patricia Franco, presidenta de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos. Así fue como surgió esta iniciativa, que ha contado con la participación de 73 niños. Todos ellos han intentado prescindir al máximo del automóvil y han acudido a sus clases andando, en bici o en patinete. «En total son 130 y la mayoría de los que no se han apuntado es porque están en el programa de Madrugadores y tienen que ir muy pronto al cole», detalla Franco. «A los que sí han podido sumarse al proyecto les dimos una cartilla que han ido marcando cada día y, así, dependiendo de las veces que se han desplazado hasta el colegio de manera sostenible, han conseguido medallas de oro, plata o bronce», añade.

Otro de los objetivos de esta campaña es animar a los pequeños a llevar un estilo de vida saludable, basado en unos buenos hábitos alimenticios. Por eso, en la cartilla todos los niños tienen un vale para canjear por una merienda saludable en un establecimiento local. «De esa manera también ayudamos a los comercios del pueblo, que siempre nos han patrocinado los talleres de alimentación sana, en este año tan complicado», añade Franco. 

Además, con el apoyo económico del Ayuntamiento, «a todos los niños que han formado parte de la actividad, además de los vales canjeables, se les ha regalado una credencial cada mes, una medalla para colorear y otra de chocolate, una pulsera, un chubasquero, un chaleco y una luz de seguridad para el pie». Todo con el objetivo de motivar a los peques y de hacer más seguros sus desplazamientos hasta el centro educativo. 

Según indican desde el Ampa, la propuesta ha tenido una gran acogida y ha redundado en una notable disminución del tráfico en el colegio, por lo que la idea es seguir con ella el próximo curso. «El aparcamiento de bicis y patinentes se nos ha quedado pequeño», manifiestan desde el Ampa. A todos estos beneficios hay que sumar el hecho de que los niños se han convertido en auténticos profesores de sus padres a la hora de promover la movilidad sostenible. 

Cabe señalar, por último, que además de generar importantes problemas de circulación en los entornos de los colegios, hay expertos que consideran un «error fatal» llevar a los niños en coche al colegio. La psicóloga Jessica Westman, de la Universidad de Karsltad, habla de los «padres taxi» y de una «generación asiento de atrás» que está dando como resultado a niños educados en la «pasividad, el segundo plano y la incapacidad para valerse por sí mismos». Por el contrario, que los niños vayan andando, en bici o en patinete fomenta su socialización con los vecinos del pueblo y les ayuda a conocer su propio entorno.