Patricia Castro Álvarez es la joven tatuadora de 21 años que dirige el estudio Silver Tattoo ubicado en la avenida de SanTelmo de la capital. Aprovechando la llegada de estas señaladas fechas, anima a sus clientes y otros aficionados al arte corporal a aprovechar la promoción de dos pequeños tatuajes a cambio de 50 euros. 

Se trata de una iniciativa especial, singular y solidaria, ya que el 70% de la recaudación por estos trabajos irán destinados a la AsociaciónEspañola Contra el Cáncer (AECC) en Palencia. Según explica, ya firmó el compromiso de colaboración con la entidad sin ánimo de lucro que fundó José Biosca en 1953 y que en Palencia, en la actualidad, preside Rosa María Andrés.

¿Cómo fueron sus inicios en el mundo del arte corporal?
Primero empecé trabajando en bares para poderme comprar las máquinas para tatuar y los materiales iniciales. Una vez pude conseguir todo esto, me formé en Madrid. No hay una enseñanza reglada. Aprendí en academias donde los profesores son otros tatuadores que te van mostrando las técnicas. Una de las primeras clases, por ejemplo, fue montar una máquina. Después, hacer líneas, rellenos, sombras... El único curso oficial para tener un estudio es el Higiénico-Sanitario.

Se trata de un sector que está en auge en la actualidad. Cada vez son más las personas que deciden grabarse un diseño en la piel. ¿Ha perdido esa mala fama que tenía en el pasado?
Cada día más gente lleva más tatuajes y están mejor vistos. Casi es más raro ver a alguien que no los lleva que a uno que sí. Pero pienso que todavía no la han perdido al 100% porque hay empleos en los que todavía no se pueden enseñar y se tienen que tapar.

¿Cómo han cambiado los tatuajes en los últimos años?
Antes se llevaba un estilo de línea más gruesa. Ahora, la gente joven prefiere línea fina.

¿Y el mundo de los tatuajes?
Está avanzando constantemente. Las máquinas que se usaban en el pasado no son las mismas que en la actualidad, por ejemplo.

¿Cuáles son los estilos que en la hoy por hoy atraen más a sus clientes?
El neotradicional, la línea fina y el realista.

¿Y qué grupo de edad suelen tener las personas interesadas?
Principalmente entre 20 a 35 años, pero también vienen abuelos a tatuarse el nombre de sus nietos.

Grabarse el nombre de familiares, como parejas o hijos, algo muy visto en la sociedad. No son pocas las personas, tanto famosas como anónimas, que llevan marcado en su cuerpo. ¿Pero qué pasa si la relación de pareja se rompe y al cliente le toca empezar de nuevo? ¿Se podría borrar un tatuaje?
Sí. Ahora existe el láser para quitárselo, pero yo solo hago tatuajes, no los elimino. 

También hay gente a las que las da pavor las agujas. ¿Qué diría a esas personas para perder ese miedo?
Cuando pensamos en una aguja se nos viene a la cabeza la típica de una inyección o de una vacuna, pero en el caso de los tatuajes es muy diferente. Son muy pequeñas y la incisión es de milímetros.

¿Por qué decidió colaborar con la AECC en Palencia?
Creo que todo el mundo conoce a familiares, amigos o alguien cercano que ha sufrido un cáncer o ha fallecido por este motivo. Es muy raro que nadie no sepa de alguna persona que no haya tenido esta enfermedad. Además, pienso que es una buena oferta para tatuarse, ya que los tatuajes son más costosos, y ayudar.

¿Cómo son los tatuajes objeto de la promoción?
Son diseños en color negro simples y lineales, como una palabra, un corazón o un símbolo.