Luis Miguel de Dios

TRIGO LIMPIO

Luis Miguel de Dios

Escritor y periodista


6-D

06/12/2022

Inevitablemente, casi sin querer, al llegar esta fecha, vuelan los recuerdos en torno a la Constitución. Los míos viajan hasta aquel lejano 6 de diciembre de 1978 en el que se celebró el referéndum sobre el texto aprobado en el Parlamento. Yo trabajaba entonces en El Norte de Castilla y me mandaron a cubrir la información de lo que sucedía en la provincia vallisoletana. Viajé junto al fotógrafo Patricio Cacho en su coche. Madrugamos. Primera parada en Medina de Rioseco. Unos kilómetros más al norte, Villalón, también en el corazón de Tierra de Campos. Íbamos los dos en barbecho, sin saber, ni intuir, lo que nos podíamos encontrar. ¡Era todo tan nuevo, tan sugerente, tan desconocido! Hablamos con algunos de los que formaban las mesas y con gentes que hacían cola para votar. Ningún problema, ningún incidente; tan solo algunas anécdotas curiosas. Entre los representantes y apoderados de los partidos políticos caras de satisfacción y palabras de esperanza. Los de UCD, PSOE y PCE estaban contentos y recalcaban lo de la normalidad y el buen hacer de la gente. Tan solo uno que se identificó como falangista nos puso mala cara y auguró desastres sin fin con la llegada de la democracia. El periplo continuó por Tordesillas, Medina del Campo y Olmedo con una breve parada en Guarrate, mi pueblo, para que yo pudiera votar y para comer algo en casa de mis padres. En la redacción nos contaron que en Valladolid tampoco había ocurrido nada extraordinario. Así que a escribir la crónica, a poner pies de foto y a acudir al Gobierno Civil a ir recogiendo datos de las votaciones pueblo a pueblo y a copiarlos mano. Y todo dentro de un ambiente de ilusión y euforia.
He revivido aquellos momentos con más pena que nostalgia. Pena por lo que está sucediendo en el Parlamento nacional y en varios de los autonómicos, entre ellos el de Castilla y León. Y pena porque todos (más unos que otros) esgrimen la Constitución para atacar al contrario, convertido ya en enemigo. E incluso se amparan en la Carta Magna para justificar insultos, descalificaciones. ¿Alguien pudo pensar hace 44 años que íbamos a llegar a esto?