82 kg de explosivos reducen a escombros la torre de Velilla

Rubén Abad
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INCLUYE VÍDEO | El peso de la estructura de hormigón, de 101 metros de altura, superaba las 7.000 toneladas. Iberdrola se da 48 meses de plazo para el desmantelamiento de la planta

82 kg de explosivos reducen a escombros la torre de Velilla - Foto: Óscar Navarro

Velilla del Río Carrión enterró en la tarde de ayer parte de su historia y su pasado más inmediato vinculado a la minería del carbón y a la producción de energía eléctrica con la demolición de la torre de refrigeración de la central térmica, un símbolo de la comarca de Guardo. El reloj marcaba las 16 horas cuando, con puntualidad británica, detonadores electrónicos con 82 kilos de explosivos redujeron a escombros en apenas cinco segundos la mastodóntica mole de hormigón, de 101 metros de altura y un diámetro que oscilaba entre los 72,1 metros de la base y los 52,6 en su parte más alta.


A medida que se acercaban las cuatro de la tarde, los nervios se apoderaban de los montañeses, a los que se les revolvía el estómago ante una voladura histórica que no solo dinamitaba 7.000 toneladas de hormigón, sino que resumía en un solo instante la decadencia de una comarca que vive sus horas más bajas. Por eso, la de ayer fue una jornada gris en la comarca norteña, y no solo por las nubes que cubrían el cielo, sino por el fatídico desenlace de la planta termoeléctrica, para cuyo desmantelamiento total (dejar los terrenos como se los encontró Iberdrola hace más de medio siglo) la multinacional vasca se ha dado un plazo de 48 meses. A fecha de ayer se encontraba al 35 por ciento. 


La técnica de demolición empleada fue, según destacó la multinacional,  una de las «más eficientes» para el desmantelamiento de centrales, al «minimizar riesgos para los trabajadores, favorecer la economía circular y contribuir a reducir el impacto ambiental». De hecho, los residuos de hormigón y de la estructura metálica serán reciclados, según transcendió ayer. La voladura representa, en palabras de Gerardo Sahelices, director de la planta, «un paso simbólico, pero de gigante, en la transformación energética de nuestro país hacia una economía verde, competitiva y sostenible». 


«La voladura es la culminación de varios meses de estudios de ingeniería y simboliza el fin de la generación con carbón de Iberdrola,  líder en la lucha contra el cambio climático con el cierre de 17 instalaciones. Empresa que mantiene su compromiso de neutralidad en las emisiones para 2030, lo que nos convierte en la mayor eléctrica del mundo sin producción de carbón», subrayó Sahelices.


Tras el disparo, las cargas explosivas fragmentaron los pilares de apoyo, provocando la pérdida de equilibrio de la construcción y el colapso por su propio peso, comportándose como si de un cartón se tratara a pesar de su rigidez. Unos trabajos a los que ayudó la situación aislada de la central y, en especial, de la torre, lo que evitó riesgo alguno para otras construcciones cercanas.


No obstante, y como medida preventiva, se habilitó un perímetro de seguridad de entre 200 y 250 metros en torno a la central, se cortó al tráfico rodado la carretera P-215 (Guardo-límite con León) y se desalojó por completo el barrio de Las Cortes, el más cercano a la torre. Labores que coordinó el Ayuntamiento y de las que se ocuparon una treintena de efectivos entre agentes de la Guardia Civil de la Compañía de Herrera de Pisuerga, un grupo de Protección Civil desplazado desde Cervera de Pisuerga y bomberos voluntarios del parque comarcal de la vecina localidad de Guardo. Como dato anecdótico, también se comprobó la ausencia de nidos de aves y otras especies a fin de minimizar el impacto en la fauna autóctona.


En estos trabajos están involucrados, según destacó Sahelices, «un gran número de proveedores», muchos de ellos locales, «con un volumen de trabajo superior al que mantenían durante el funcionamiento de la central» y alrededor de medio centenar de profesionales. «Cerca de la mitad procede de empresas contratistas de la central y locales; altamente cualificados y con amplia experiencia en la ejecución de este tipo de proyectos de gran complejidad técnica», subrayó, para añadir que «el desmantelamiento es una continuación del impacto económico positivo de la central».


GRAN EXPECTACIÓN

Tras accionarse el detonador y seguido de una explosión ensordecedora, la torre descendió sobre su vertical con un ligero vuelco hacia el norte, sin tratarse de un basculamiento, con el objetivo de agrupar los escombros hacia el lado opuesto del río. Un auténtico espectáculo visual que causó un gran impacto a los cientos de vecinos de Guardo, Velilla y otras localidades cercanas -incluso grupos enteros desplazados ex profeso desde la capital- que siguieron la voladura desde el mirador de la fuente tamárica de La Reana, las peñas cercanas, el paraje de Las Tares y las inmediaciones del cementario.


Un acontecimiento único que los allí presentes quisieron inmortalizar con sus cámaras -muchas de ellas profesionales- y teléfonos móviles. Instantáneas y vídeos que no tardaron en inundar las redes sociales. Una gran expectación que muchos siguieron bocata en mano, e incluso hubo quienes montaron la mesa de campo para no perderse detalle.


y ahora, ¿qué? Inversiones en proyectos cien por cien renovables, dinamización del tejido empresarial y el empleo local en torno a principios verdes e innovación y apoyo al emprendimiento. Estos son los pilares sobre los que cimienta Iberdrola la transformación verde de la comarca de Guardo, a la que acompaña de forma activa en su proceso de descarbonización.


La compañía eléctrica está ahora inmersa en el despliegue de un ambicioso plan de renovables en Castilla y León para los próximos años que incluye la instalación de 1.800 megavatios renovables, tanto en parques eólicos como en huertos fotovoltaicos, con una inversión  que ronda los 1.300 millones de euros. 


En el caso concreto de la provincia palentina, construirá en los términos municipales de Villalba de Guardo y Villota del Páramo (terrenos de Acera de la Vega) uno de los mayores complejos fotovoltaicos de la región y de España (350-400 MW) con una inversión de 300 millones de euros. En el conjunto de Castilla y León, Iberdrola es líder en energía renovable con la operación de 5.200 megavatios que la sitúan como la comunidad autónoma con más megavatios verdes instalados por la eléctrica.


El proyecto de transformación de Velilla incluye también más inversiones en redes inteligentes y movilidad sostenible, proyectos de economía circular y una Plataforma de Innovación Ciudadana que arrancó en marzo para incentivar el emprendimiento. A ello se suman los cursos Smart Clima, Solar y Mobility que desarrolla con éxito la firma al abrigo de su plan de actuación en las comarcas afectadas por el cierre de sus térmicas, y por el que han pasado ya más de 60 alumnos.


PIONEROS EN TRANSICIÓN

Iberdrola continúa avanzando en su estrategia de sostenibilidad, basada en la electrificación de la economía y orientada a la lucha contra el cambio climático y la creación de riqueza y empleo en las comunidades donde opera. 


La compañía es líder en financiación verde y sostenible, con 35.800 millones de euros y primer emisor corporativo de bonos verdes en el mundo. Sus emisiones propias de CO2 a septiembre se han reducido hasta los 53 g/kWh y mantiene su objetivo de convertirse en una compañía neutra en emisiones en 2030 en Europa.


En las dos últimas décadas, ha invertido 120.000 millones de euros en energías renovables, redes eléctricas inteligentes y almacenamiento energético. Su plan inversor a 2030 de 150.000 millones de euros le permitirá triplicar su capacidad renovable hasta casi los 100.000 megavatios.