El compositor y cantautor leonés Amancio Prada (Dehesas, 1949), ofrecerá mañana, a las 20 horas en la iglesia de San Francisco, un concierto bajo el título Místicos y romántico que se enmarca en el VII Centenario de la catedral. Entrada: 15 euros.
¿Con ganas de reencontrase con el público palentino?
Me hace una especial ilusión ir a Palencia porque es una provincia donde he tenido la suerte de cantar en espacios muy bonitos. En 1969, con 20 años, cuando lo de cantar era todavía un sueño, una quimera casi, me dieron en Alar del Rey el primer premio en un festival de intérpretes de la semana de la juventud. Aquella Galleta de Oro para mí sigue siendo el premio más importante que he recibido en mi carrera. Con los dineros del mismo compré una guitarra y esa guitarra me abrió las puertas de mi primer otoño en París y con aquella guitarra compuse la primera canción sobre un poema de Federico García Lorca, titulado La guitarra, con la que he empezado mis conciertos en Granada y Málaga.
Después de Alar del Rey, tuve la suerte de cantar el Cántico espiritual en el monasterio de Santa María la Real de Aguilar de Campoo cuando Peridis estaba dirigiendo su restauración; actuar en la basílica de San Juan de Baños; estrenar las Coplas de Jorge Manrique en la iglesia de Santa Eulalia en Paredes de Nava y haber presentado en el Teatro Principal si no todos, muchos de los programas que a lo largo de los años he ido enhebrando o trenzando.
También he actuado en otros escenarios, como el Ortega, donde también canté el Cántico acompañado de una coral que dirigía Jorge Colino, quien me pondría en contacto con su tío Pablo Colino, director del coro del Vaticano, que una vez me dio el regalo y la sorpresa de presentarse en la catedral de Toledo para acompañarme.
Voy con ilusión y gratitud y más si es para celebrar esta maravilla y por dar a conocer la bellísima catedral, que como todas las seos me hace estremecer de asombro y de emoción al comprobar lo que fueron capaces de hacer nuestros antepasados teniendo tan pocos medios en comparación con los que tenemos ahora y cómo han plasmado un arte perenne y ejemplar para todos los tiempos.
¿Cómo ha planteado el concierto?
El programa se titula Místicos y románticos. Dos llamas de amor viva como son Teresa de Jesús y Juan de la Cruz, ardiendo en un mismo fuego, un mismo amor, ansiando la unión con el Amado, y dos románticos, igualmente ardientes, con un punto místico también, tal vez con una dimensión más panteísta, Rosalía de Castro y Gustavo Adolfo Bécquer, al que he dedicado mi último disco.
Pienso que una duración de hora y cuarto está bien, pero siempre me dejo llevar y, en fin, espero no hacerme pesado.
Siempre me he sentido bien recibo y querido. Espero que no sea distinto este sábado.
Después de unos años complicados que ha tocado vivir, ¿los encuentros con el público son importantes?
Vienen bien al público y también a los músicos, a los artistas. He tenido, después de ese tiempo con tanta sombra, sin que haya desaparecido del todo, el consuelo de celebrar encuentros en torno a la música y a la poesía porque, como diría Cervantes, donde hay música no hay cosa mala.
¿Cómo ha llevado estos tiempos de crisis sanitaria?
La verdad es que he vivido un confinamiento en el medio del campo, como quien dice, con lo cual ha sido más llevadero que encerrado en un piso. Pero he trabajado mucho en el campo, literalmente, y también en ese disco dedicado a Bécquer que, si no un mandato sí fue una sugerencia de la Universidad de Sevilla para celebrar el 150 aniversario de su muerte. Así que, en medio de la pandemia, en medio de ese espeso silencio, pude escuchar la música callada que sentía dentro de sus Rimas, y entonces, cuando la música suena, la canción es un regalo y una forma de consuelo, también que ponga alegría a la conversación del mundo.
¿Es usted de redes sociales?
Sí. Las redes sociales son una ayuda muy importante, es una forma de darle difusión a lo que hacemos y a lo que vamos a hacer.
Ha publicado un disco cantando a Gustavo Adolfo Bécquer. ¿Se ha dado ahora un respiro?
Cantar para mí es como respirar, es el camino de mi vida. Deseaba desde niño cantar. Vivo cantado y cantando vivo.
¿Cómo ve Amancio Prada el panorama musical actual?
Creo que es una oferta muy variada, de todo hay en la viña del señor. No me siendo con ánimo de juzgar, pero hay muchas voces que me acompañan, tampoco presto especial atención al presente palpitante. Me da lo mismo escuchar cantar a Rosalía de Castro que a Rosalía, esa chica joven tan talentosa, o a Atahualpa Yupanqui.
Algo que, no cabe duda, siempre resulta enriquecedor
Siempre digo a los que estudian música, porque los hay de los que solo escuchan música, que en el arte, sea la parcela que sea la que uno labre, se refleja todo lo que uno ha visto, lo que ha leído, lo que ha oído. Entonces hay que estar siempre abierto a lo que hacen los demás, porque eso no te va a distraer de tu camino, sino que lo va a enriquecer.
¿Se ha sentido que nadaba a contracorriente y le ha importado?
Dicen que sí, que casi siempre voy a contracorriente, que si soy pájaro solitario. No lo sé. Lo que sí tengo claro es que lo que hago no lo hago por profesión.