El 60% de las consultas nuevas en Alergología son por pólenes

César Ceinos
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Los granos de las cupresáceas provocó ya problemas antes del inicio de la primavera

El 60% de las consultas nuevas en Alergología son por pólenes - Foto: DP

La unidad de Alergología del Complejo Asistencial Universitario de Palencia (Caupa) atiende cada año a unos 2.000 pacientes nuevos y aproximadamente el 60% de ellos necesita ayuda médica por patologías ambientales. 

Su jefa, la doctora Susana Cabrerizo, destaca que la cifra de alérgicos está creciendo con el paso del tiempo y que, al polen de las gramíneas, el que históricamente ha causado mayores problemas en la población palentina, se está sumando en los últimos años el polen de cupresáceas (ciprés y sus derivados, como la arizónica que se utiliza habitualmente en setos). «Es una enfermedad con mucha prevalencia y la tendencia es que cada vez haya más», declara la especialista.

Una de las principales características de las cupresáceas es su polinización en torno a febrero, por lo que los alérgicos ya padecen síntomas antes del inicio de la primavera, como ha ocurrido este año. Se registraron niveles altos de polen y el tiempo no acompañó al darse un mes con temperaturas altas para la época y con viento, por lo que los granos provocaron que los pacientes palentinos sufrieran más. «Aquí antes no influían tanto, pero llevamos unos años en los que están dando problemas, porque además son muy agresivos. Con menos cantidad de polen que las gramíneas dan más síntomas», añade.

Respecto a las gramíneas, Cabrerizo explica que las mayores dificultades para los alérgicos de la provincia se producen entre los meses de abril y junio. En este caso, la meteorología también es clave para el devenir de estas plantas y sus efectos pueden provocar más o menos problemas en la población susceptible. «Si ha llovido mucho en otoño, los niveles de polen son más altos. Luego también hay que tener en cuenta el tiempo durante la primavera. Si las temperaturas son moderadas y el tiempo es soleado y hay aire, repercute más. Si está lloviendo todo el día los granos de polen caen al suelo y no entran en vías respiratorias», manifiesta la jefa de la unidad de Alergología. Los síntomas, incluso, pueden variar de un día para otro, en función de las condiciones meteorológicas.

Las patologías más frecuentes derivadas de la alergia estacional son la rinitis (con sus síntomas de nariz taponada, picor, goteo nasal, estornudos, ojos llorosos, ojos rojos o con picor y párpados inflamados, entre otros), la conjuntivitis y el asma. De hecho, en muchos alérgicos esta enfermedad está íntimamente asociada al polen, asegura Cabrerizo.

Además, cita un tercer tipo de polen, el de las malezas, que tiende a provocar dificultades entre los alérgicos estacionales en los meses de verano, pero comenta que en la zona de Palencia tienen menor repercusión.

Para facilitar el día a día de los alérgicos de la comunidad, la Junta de Castilla y León dispone de una red de estaciones de medición aerobiológica que se extiende por trece ciudades de las nueve provincias, entre ellas la capital palentina, e informa en la página web del Sacyl de los niveles de polen. «Son contadores de granos y los datos se divulgan para que el paciente, por ejemplo, sepa si tiene que seguir utilizando la medicación», declara la doctora.

En la actualidad aún se desconocen las causas que están provocando el aumento de personas con alergia estacional, pero apunta Cabrerizo que en las patologías ambientales «pueden estar influyendo la polución, que fragmenta los pólenes y los hace más agresivos, y el cambio climático». 

En cambio, admite que la crisis en la disponibilidad de los medicamentos no está afectando, al menos por ahora, a este tipo de pacientes en Palencia. «A nosotros nadie nos ha comentado nada de desabastecimiento. No parece que hayamos tenido problemas por eso», reconoce.

Asimismo, Cabrerizo recuerda que cualquier persona que sufra síntomas que parezcan de alergia debe ir a su médico de Atención Primaria para que lo derive a la unidad de Alergología, que en el Caupa está compuesta por tres médicos, dos enfermeras y un técnico en cuidados auxiliares de enfermería (TCAE). «La mejor forma de estar bien es tener un buen diagnóstico y un tratamiento adecuado», subraya.

MÁS ALLÁ DE LA ALERGIA ESTACIONAL. El aumento de la prevalencia de esta patología también se está registrando entre las alergias a alimentos o medicamentos. También por los alérgenos relacionados con el domicilio del paciente, como los epitelios de animales, que pueden causar síntomas durante todo el año. Además, el otoño puede ser especialmente difícil para las personas que tienen sensibilizaciones alérgicas a ácaros u hongos.

Por otro lado, la mascarilla, el complemento obligatorio durante los meses de la vuelta a la normalidad (y que aún hay que usar en las farmacias y en los centros sanitarios) tras el estallido de la pandemia de coronavirus, provocó que los diferentes pólenes penetraran con mucha más dificultad en las vías respiratorias y que los síntomas ligados a las alergias estacionales fueran menores que los años anteriores. Tras su abandono con el levantamiento de las restricciones de la covid-19, se espera que aumenten los síntomas vinculados a esta patología.