«Palencia es la España interior; tardan en cuajar tendencias»

Carmen Centeno
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Nació en Meneses de Campos en el año 1956 y nunca ha renunciado a su vinculación afectiva con aquel «pueblo vivo» de su niñez, donde las vibraciones eran distintas a las de hoy porque había chavales, gente en las calles, perros y ganado

«Palencia es la España interior; tardan en cuajar tendencias» - Foto: Óscar Navarro

Se jubiló hace un año después de tres décadas largas al frente de una tienda de muebles -Blanka- donde aprendió mucho sobre la madera, pero también psicología, respeto al cliente, sociabilidad y un profundo conocimiento del ser humano. Desde entonces, su rutina diaria comienza con una tabla de gimnasia tibetana que le permite ubicar la energía en su sitio. 

Camina, acude a la biblioteca -«soy un estudioso de lo esotérico»-, hace vida social, juega al golf -«es muy técnico y cuando lo practicas, lo que piensas, lo que dices y lo que haces tiene que estar en consonancia, además de dar cabida a la intuición»- y va a menudo a Meneses de Campos para llevar el seguimiento de la labranza familiar, que conserva, y para reencontrarse con el pueblo que marcó sus vivencias infantiles. Y cuida el bosquecillo de frutales silvestres que plantó en Boada de Campos hace unas cuantas décadas, coincidiendo con la primera huelga general.

Es una vida tranquila, en la que ocupa un espacio significativo la indagación en sí mismo y la toma de conciencia de su evolución, que es «lo más importante para conocerse», según explica. También es decisivo para crecer y mejorar, de igual modo que para asumir, como ha hecho él, que no es quién para hablar de los otros. «No me puedo permitir el lujo de juzgar a nadie porque cada uno tenemos nuestros condicionantes y nuestro bagaje», apostilla.

Claro que este aprendizaje no es cosa baladí ni se asume de la noche a la mañana. Requiere atención, escucha, sentidos bien despiertos, análisis, reflexión y una mirada hacia el interior, sin dejar de lado lo que sucede en el entorno. Antes, cuando estaba en activo, su práctica era mucho más externa y le servía para conocer bien al cliente y procurar su satisfacción. Ahora, ha dado un salto cualitativo hacía sí mismo y eso contribuye a su equilibrio y a su disfrute del tiempo.

También el estudio de la astrología le ha enseñado muchas cosas, entre otras la de relativizarlo todo. «Somos bastante más pequeños de lo que creemos», asevera, para añadir, a renglón seguido, que la evolución siempre es hacia delante «y en consonancia con los semejantes». 

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