Desde que saltó del helicóptero en Honduras y comenzó su aventura en el programa Supervivientes le hemos visto pescar, cuidar el fuego, luchar sin descanso y sacar fuerzas de donde apenas las había para enfrentarse a las pruebas semanales. Jorge Pérez, el guardia civil reinosano afincado en Aguilar de Campoo, ha demostrado ser un Robinson diez en el concurso de Telecinco y Cuatro, que esta noche llega a su gran final. Una despedida en la que el también modelo no podía faltar, pues a lo largo de las semanas ha demostrado ser un grandísimo compañero, con un carácter tranquilo y afable que le ha ayudado a conectar con el público.
Tiene mucho apoyo en la calle y se ha convertido para los jóvenes en un gran ejemplo a seguir, «con valores de la vida», destaca su mujer, Alicia Peña, en declaraciones a Diario Palentino. Un apoyo que esta noche tiene que verse recompensado, afirma su esposa, a través de las llamadas al número 905 810 557 o mensajes con el texto Salvar Jorge al 25696 . «Tenemos que conseguirlo, entre todos lo lograremos», detalla.
Jorge Pérez llega a la final junto al ex Gran Hermano Hugo Sierra (ambos nominados), Rocío Flores, nieta de Rocío Jurado; y Ana María Aldón, actual esposa del diestro José Ortega Cano. Una final reñida digna de un programa de éxito en el que el guardia civil siempre ha destacado por su buen hacer, por ser un gran compañero y por su gran fortaleza física y mental. «En todo momento ha defendido la esencia del programa, que es la supervivencia y, sobre todo, lo más difícil, que es aguantar los malos rollos», comenta su mujer, quien confía en recibir el apoyo de los palentinos y de los cántabros, tal y como se lo demuestran cada vez que se encuentran con ella por la calle.
Jorge Pérez, un Superviviente diez«El guardia civil más famoso»
«El guardia civil más famoso llega a la televisión. Jorge Pérez se convierte en el décimo concursante oficial de Supervivientes 2020». Así presentaba Mediaset al participante, que saltó al estrellato a nivel nacional después de que una foto suya, vestido de uniforme, se convirtiera en viral y arrasara en redes sociales desde la cuenta oficial del Cuerpo Benemérito.
Desde entonces su vida cambió por completo, y además de proteger a los ciudadanos desde el puesto de la villa galletera, también se encarga de enamorarlos con su otro trabajo como modelo. El concursante reconocía al inicio de una aventura que le cambiará para siempre «tener muchas ganas de que empiece el concurso» y, además, dejó claro una cosa: «voy a darlo todo». Una promesa que ha cumplido y que ha dado la esperanza a sus dos casas, su Cantabria natal y su Palencia de adopción, de ver ganar a uno de los suyos uno de los concursos más duros y exigentes de la televisión actual.