Incomunicados en el siglo XXI

Rubén Abad
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Los vecinos de varios pueblos de la Montaña, entre ellos Triollo, La Lastra, Vidrieros y Camporredondo, han permanecido seis días sin teléfono fijo en viviendas y negocios

Incomunicados en el siglo XXI - Foto: PABLO REQUEJO

Los eternos olvidados. Así se sienten los vecinos de varios pequeños pueblos de la Montaña Palentina, entre ellos Triollo, Vidrieros, La Lastra y Camporredondo de Alba, donde han permanecido seis días sin línea de teléfono. Un problema que se repite con cierta frecuencia y que, en este caso, afectó a unos 150 habitantes. Son pocos, sí, pero con el mismo derecho que los residentes en una gran ciudad a estar comunicados. «Al ser solo un puñado de clientes no cuidan el mantenimiento, aunque nosotros pagamos más que en las ciudades», denuncia el presidente de la Junta Vecinal de Triollo, Rafael Lozano.


Una avería que les dejó sin fijo, aunque Internet sigue funcionando, eso sí, «a cuentagotas», lamenta. Sobre la cobertura móvil más de lo mismo: «entre escasa y nula, como siempre», crítica Lozano, quien censura que en pleno siglo XXI, en un momento en el que se está apostado por otras nuevas tecnologías mientras en la Ruta de los Pantanos están sin teléfono.


Todo ello en un momento especialmente crítico, en medio de una pandemia y con las fronteras de Castilla y León cerradas. «La gente mayor depende de la línea fija (muchos no tienen móvil, o no saben manejarlo) para estar en contacto con los suyos. Es una vergüenza que nos tengan así», afea el alcalde pedáneo.


Según afirman los usuarios afectados, no recibieron respuesta alguna de la compañía, que se limitó a asegurarles que la incidencia estaba abierta y que se solucionaía a la mayor brevedad posible.


Lamentablemente, no es una situación a la que los vecinos de estos pueblos norteños se enfrenten por vez primera. La anterior tuvo lugar en marzo, fecha en la que Triollo, La Lastra y Vidrieros estuvieron cuatro largos días sin teléfono fijo, cobertura móvil y conexión a Internet. En aquella ocasión la culpable fue una descarga eléctrica en medio de una tormenta, que les dejó totalmente incomunicados.