Batallas de gallos con P

César Ceinos
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Una docena de jóvenes lucha por el cetro de la primera Liga de Freestyle Palentina, una competición ideada por Miguel Cuevas y Alberto Casalduero para potenciar el rap y el 'freestyle' en la ciudad

Batallas de gallos con P - Foto: María Rodilla

Después de mucho tiempo rapeando en las inmediaciones del colegio Marista de la capital, y sufriendo, además, los rigores de la meteorología, Miguel Cuevas y Alberto Casalduero dieron un paso adelante y se lanzaron a crear la primera Liga de Freestyle Palentina (LFP), a la que se han sumado principalmente jóvenes que acaban de cumplir la mayoría de edad y algunos veinteañeros. La improvisación se reserva para los enfrentamientos. Las batallas de gallos (con P, que se celebran en la capital y sus protagonistas viven en ella) tienen unas normas establecidas, aunque se hagan por puro pasatiempo.

«Rapeamos desde hace tiempo, queríamos hacer algo serio y decidimos poner en marcha la LFP», aseguran los responsables de esta original contienda. Su principal objetivo es continuar divirtiéndose en su tiempo de ocio practicando una de las aficiones que más les gusta, pero también  fomentar el rap en tierras palentinas, concretamente el freestyle (estilo libre), uno de los géneros de este tipo de música, que en la provincia tiene mucho tirón, especialmente entre los adolescentes y los jóvenes. Raperos muy conocidos a nivel nacional e internacional como Charlie, Lone, Hoke, SFDK, Kase O, Bnet, Fernando Costa o Natos y Waor son escuchados y admirados a orillas del Carrión, pese a que no suelen aparecer en las principales emisoras de radio. Por suerte, existen plataformas e infinidad de canales en redes sociales que retransmiten a todo el mundo estos duelos que levantan pasiones en España y en otros países de Iberoamérica, como Puerto Rico, Chile o Argentina.

Doce participantes palentinos están luchando por el cetro desde la edición inaugural, que se estrenó la noche del pasado 2 de marzo en el bar Antro con la celebración de la primera jornada. «Tener un lugar cerrado para hacer las batallas llama más la atención a la gente. Disponemos de altavoces y micrófonos y el público puede tomar algo mientras escucha», comentan.
Los candidatos al título responden a los pseudónimos de Casal, Oskr, Kiwi, Bauti, Amielo, Gael, Vruma, Pichín, Escu (Antonio Alcántara), Tano, Pongo y Midas (Tule), que se enfrentarán todos contra todos. El calendario, según explican los promotores de esta actividad, es secreto. «Solo lo sabe una compañera de trabajo», manifiesta Cuevas, que además es uno de los encargados de poner copas y cañas a los asistentes. 

Por no saber el orden de los cruces, no lo saben ni los propios organizadores, ya que ellos también integran el elenco de raperos que intentará emular a sus ídolos de las grandes batallas de gallos y ganar la competición palentina. El propósito de este secretismo, que concluye cuando el speaker presenta el reto justo antes de empezar, es que ninguno de los concursantes conozca el nombre de su oponente y pueda prepararse alguna rima antes de iniciar la batalla. «La idea es que sea todo improvisado. Por eso lo decimos en el momento. Precisamente ahí está la magia», opinan.

El castellano será el idioma principal, aunque alguno quizá se anime a pronunciar ciertas frases y palabras en inglés. Todo vale para obtener el reconocimiento del jurado, pero también del público, que suele aplaudir y vitorear a cada participante después de la actuación si, bajo su punto de vista, esta ha sido buena.De hecho, en los inicios de esta modalidad musical eran los asistentes los que decidían la victoria de un rapero simplemente con su bullicio.
En este caso, los jueces son tres y las veladas, que durarán unas dos horas y media aproximadamente, se desarrollarán cada dos semanas e incluirán seis duelos. Normalmente tendrán lugar los jueves por la noche, aunque Cuevas y Casalduero también abren la posibilidad de que se celebren algún viernes para llevar a más seguidores al escenario de las batallas y para adaptarse a las necesidades de los participantes y a sus obligaciones laborales.

COMO EN LAS LIGAS IMPORTANTES. Basándose en las competiciones más destacadas del mundo hispano, como la  Freestyle Master Series (FMS) que se lleva a cabo en países comoEspaña o Argentina, los participantes se medirán en cinco o seis rondas en las que cambia el formato y la dificultad. Lo ideal es que todas las intervenciones y contestaciones rimen, aunque admiten que no siempre lo hacen. «Intentamos que rimen, aunque alguno no lo clava», explican. El ritmo corre a cuenta del dj, que seleccionará las bases instrumentales sobre las que se rapeará.

En la primera ronda, denominada easy mode, los oponentes tendrán que improvisar sus frases utilizando las palabras que aparecerán cada diez segundos en un monitor que estará a la vista de participantes y público. En la segunda, llamada hard mode, los vocablos irán apareciendo cada cinco segundos. En la tercera, que llaman varial, a cada participante le tocará rapear teniendo en cuenta una temática o un personaje contrapuesto respecto al que le asignarán a su rival. En ambos casos se decidirá por sorteo y cada semana cambiará el formato, decidiéndolo el jurado o el público. La cuarta fase será libre y en la quinta, bautizada como 4x4, los raperos irán turnándose cada cuatro versos.

El vencedor del duelo será el que más puntos acumule al final de toda la batalla, independientemente del número de fases que venza cada participante. Se valora cada compás (en un minuto de actuación suele haber seis compases) con una puntuación del cero (nota más baja) al cuatro (más alta), aspectos como la coherencia de las frases, los dobles sentidos, la adaptación al formato, el ingenio y lo impactante de cada intervención. Además, a mayores, también se tienen en cuenta la musicalidad, la puesta en escena y las estructuras métricas. En caso de tablas o de empate técnico (cuando haya menos de cinco puntos de diferencia), se disputará la definitiva y sexta manga. «Si el duelo está muy ajustado, los jueces deciden que haya réplica y se vuelve a hacer un 4x4 más», añade.

PUNTUACIÓN. Posteriormente se establece una clasificación en base a los resultados de cada velada. Tres puntos recibe el ganador de cada enfrentamiento, aunque se reducen a dos si consigue la victoria en el desempate. Por su parte, el perdedor no suma ninguno, a excepción de aquellos que hayan forzado la réplica, que recibirán uno. «Estas normas están adaptadas a la LFP, pero están inspiradas en ligas que existen en varios países del mundo, como España o Argentina», señalan.

La liga tiene una cuenta en la red social Instagram (@lfpalentina) donde anuncian a los participantes y los horarios de las veladas para que los curiosos y aficionados al rap de la zona puedan pasar una noche divertida sin tener que salir de su ciudad. Además, en el futuro, su intención es retransmitir las batallas por la plataforma Twitch. Ya han creado un logo e, incluso, cuentan con varios patrocinadores. Alhambra Kebab, Innpack, Danny Triángulo, La Mano Negra y Oiunk han aportado su granito de arena para que unos jóvenes palentinos se diviertan. Quizá a muchos de sus familiares esta música aún les suene a un idioma extranjero y conozcan a sus amigos por el nombre de pila y no por el pseudónimo, pero los tiempos cambian y ahora gusta este tipo de música urbana y en Palencia no se quieren quedar atrás. Eso sí, que nadie se alarme. No se daña a ningún animal durante el transcurso de las batallas de gallos.