Espacio de participación y pedagogía

Jesús Hoyos
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'Radio Colores', la emisora de la Universidad Popular, cumple 30 años con su esencia de siempre: dar voz a quien no la tiene. Lo hace adaptada a los nuevos tiempos y con vocación educativa

Espacio de participación y pedagogía

Una propuesta que nació con vocación educativa y que la sigue teniendo en distintas vertientes. Eso es Radio Colores, la emisora de la Universidad Popular de Palencia (UPP) que cumple 30 años en las ondas. Lo hace con la participación social por bandera y con su esencia de siempre: dar voz a quien no la tiene.

Adaptada a las nuevas tecnologías desde 2011- fecha en la que inició una segunda etapa con la instalación de nuevos equipos-, la emisora ha podido grabar los programas, ampliar la parrilla de contenidos, emitir las 24 horas (también a través de Internet) y disponer de una fonoteca donde cada programa queda recogido en forma de podcast.

El director de la UPP, Cándido Abril, destaca como fortalezas la pedagogía y el servir de altavoz para distintos temas sociales. «Tanto los que promovemos nosotros como los que tratan grupos concretos. Aspanis lleva participando desde 1995 y ahora hacen su propio programa: es una labor terapéutica y de fortaleza muy interesante en el plano de la inclusión y la igualdad», explica a Diario Palentino.

Espacio de participación y pedagogíaEspacio de participación y pedagogíaPara Abril, la emisora es un espacio de participación y señala entre sus claves la espontaneidad. «En el campo literario -poesía, lectura, conversaciones con autores-, hay muchísima actividad», recuerda. También hace referencia a la participación de la infancia a través de sus colegios y ampas, y a los programas de debate, paralelos a la propia actividad que realiza la UPP. «Han sido siempre muy interesantes», apunta. La radio, cabe recordar, no sería lo mismo sin Eduardo Luis de Íscar, que se encarga desde el inicio de la segunda etapa de los temas técnicas de forma generosa y altruista.

Cándido Abril subraya dos experiencias previas al nacimiento de Radio Colores. La primera, un contacto con la radio comunitaria en su pueblo, Villalán de Campos (Valladolid). La segunda, un programa en Radio Nacional de España gracias a que el actual jefe de informativos en Castilla y León, Paco Alcántara, se fijó en lo que hacían. «Hicimos pequeñas cosas  en una radio que entonces estaba absolutamente programada, con muchos trabajadores y funciones. Pusieron todo a nuestro servicio e hicimos los programas; fue una experiencia loca pero bonita», recuerda. 

Todo eso les llevó a crear una radio por su cuenta. Así lo hicieron en 1992, cuando UGT cedió parte de sus instalaciones en la entonces plaza de Abilio Calderón (hoy, de los Juzgados) para crear una radio libre. Una «muy doméstica», pero que llegaba a toda la ciudad, «sin perjudicar la emisión de otras» y dejando de lado la publicidad. «En ningún momento nos lo planteamos, era una radio educativa», subraya.

Espacio de participación y pedagogíaEspacio de participación y pedagogíaPor ahí arrancó y fue creciendo con programas propios hasta llegar a lo que es hoy: una radio que emite las 24 horas, varias de ellas en directo. Abril hace hincapié en que, incluso en plena pandemia se ha seguido emitiendo sin cortar la programación. «En todo este tiempo, hemos permitido que grupos y colectivos sociales -y cualquiera interesado en el mundo de la cultura- hayan hecho sus programas específicos», añade el director de la UPP.

Lo han hecho con el interés de utilizar el micrófono como un elemento «que mejorase la expresión en público y en directo, cuidando el lenguaje, y que sirviese para darse cuenta de lo que supone preparar todo un programa». «Es una valoración pedagógica en la que se trata de emitir opiniones y respetar las de los demás», sentencia.

 

Calidad. La actual coordinadora de la emisora, Maribel Molina, recuerda que, «si bien disponemos de todo el tiempo para la gente, hay que esforzarse para que el producto final tenga calidad. Tan importante como eso es el proceso de elaboración que hay detrás, ya sea en grupo o de forma individual». Insiste en que sus puntos fuertes son su condición de radio comunitaria y la participación:«Dar voz a quien no la tiene, a realidades que en una emisora convencional no caben porque el tiempo es limitado». Como coordinadora desde hace unos 15 años, pone los límites en cuanto a contenidos en «principios democráticos elementales, como el respeto». «Si las iniciativas de la gente están acordes con las líneas y objetivos que marcamos, cualquiera puede participar», dice Maribel Molina. En ese marco, señala al colectivo Porque Sí, la Fundación Personas y centros escolares y ampas como las del Alonso Berruguete o el Ave María.

Espacio de participación y pedagogíaEspacio de participación y pedagogíaPara Molina, eso sí, la coordinación de Radio Colores es «casi voluntaria» porque en la UPPse encarga de Artes del libro, como encuadernación y caligrafía. Actualmente, trabaja con su grupo de alumnos en montar una exposición con los trabajos del curso. También participa en las aulas de cultura de los centros sociales de la capital y se encarga de coordinar el taller de radio que llevan a cabo los presos del centro penitenciario La Moraleja (Dueñas).

Maribel Molina y Radio Colores llevan unidos desde el nacimiento de la emisora. Entonces participaba en programas junto a sus compañeros de Juventud Obrera Cristiana de España (JOCE). Era una época en la que también se vincularon al proyecto entidades como el Consejo de la Juventud y ACUP. Molina concluye destacando el uso de esta radio como un «recurso didáctico». Tanto para niños, con los cursos de la biblioteca pública y los centros sociales; como para los mayores, con el proyecto Tus recuerdos, mi memoria. «Gente mayor que hace un cuaderno de vida y cuenta hechos de su infancia», explica.

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Novedades. En su faceta de renovación y aprendizaje continuo, son varios los programas que surgen cada año. Uno de los últimos, el espacio musical A más de seis lunas, de Emilio Muñoz, que acumula ya tres capítulos. Vecino de la ciudad desde hace 5 años, conoció la UPP a través de Yolanda Bellota, otra participante en la emisora con su programa Discofrenia. Apasionado músico amateur, jamás había hecho nada de radio, «salvo alguna entrevista perdida en tiempos de la movida madrileña». En su programa, cuya sintonía grabó en el estudio Eldana (Dueñas) a partir de una canción propia, habla y opina «de aquello que no se radia ni sale en televisión: los grupos que van por los pueblos, aquellos que graban maquetas y no consiguen nada, pero es su vocación y siguen insistiendo como si fuera su razón de vivir».