Carmen Arroyo

La Quinta

Carmen Arroyo


‘La luna y los perros’

01/12/2022

En el año 2016 recibí de Consuelo Benavente, viuda de Pedro Quintanilla Buey, el libro así titulado. La selección de sonetos, acertadísima, agrupados en cuatro partes, rebosan ternura, rabia, dolor, pena, esperanza. Como la vida misma. Consuelo, mujer de poeta, puso en el libro su corazón. Se publicó pos mortem, gracias a su tesón de mujer enamorada e inteligente. La Luna y los perros me impactó. Quise hablar de este gran poeta, que pertenece a una saga que nace con el abuelo, Pedro Buey Montes. Otros temas ocuparon La Quinta. Hoy, decido alumbrarme con la poesía de Pedro y, a la vez, recuerdo a otro amigo poeta: Juan Martínez Pastor, pues el cariñoso prólogo viene escrito por él. Pedro Quintanilla, hermano de Andrés, de Emilio y de Carmen, abordó diversas facetas literarias. Y resultó premiado en ellas. En poesía, ganó Alforjas para la poesía, Ciudad de Ceuta, Amantes de Teruel, Círculo de escritores de iberoamericanos de Nueva York y muchos más. En narrativa, entre otros, Jauja, Antonio Machado, Sara Navarro, La Felguera y Villa de Guardo. Ganador siete veces de la Hucha de Plata y, finalmente, de la de oro. Dolido por quienes sufren la indiferencia del hombre, que los ignora, descubre la herida, y se siente uno de ellos. Escribe: «Cuando aún podías extender la mano / tuviste un día una chaqueta usada, / y un plato sucio con arroz sin nada / que te alargó un soldado americano». Y en Mundos de Cartón leo: «Milagros del dolor desde pequeños, / que en la calle nacieron ya sin sueños / y no saben si viven o si mueren». Le duele España y lo expresa en la segunda parte, Agua pasada que mueve molino: «España, tantas veces redimida… / Alguien sabrá si mereció la vida / de algún soldado de dieciséis años…» En la tercera: Mis hijos. Una luz, el poeta estalla de gozo: «Para que tú comprendas, esta casa / te hizo un hueco muy grande. Nace y pasa / que te estamos viviendo en negativo. Ya nos tienes aquí. Todos a una / te proyectamos risa, llanto y cuna / para ese susto del primer segundo». Sobre la cuarta parte, titulada Amor y muerte, transcribo la palabra de Juan Pastor: «Es una voz angustiosa que culmina este poemario de esperanzas e incertidumbres. Una ráfaga de despedidas estremecedoras». Este libro merece ser leído en profundidad.