Jesús Mateo Pinilla

Para bien y para mal

Jesús Mateo Pinilla


Reforma de los sindicatos

31/05/2022

La 'fuerza sindical' estará en transformación. La potencia de los modelos sindicales es decadente. Los okupas se han llegado a alojar en la antigua sede de UGT de Hortaleza. Algo impensable. La seguridad y respeto a la línea sindical, por el suelo. 
Hoy se forman plataformas de transportistas, en vez de acudir al viejo sindicato de transportes bajo directrices de partidos políticos y despreciando los primarios logros sociales. Se considera que el sindicato no es más que un subproducto devorador de subvenciones, desviaciones desde los cursos de formación y mariscos y hace presente aquel dicho matizado de un palentino de «yo no trabajo. Bueno, trabajo en sindicatos». 
Su origen, digno contra la lucha de clases: igualar al patrón frente al obrero; hoy es sobrepasado por modelos socialmente articulados como la magistratura judicial o los derechos de los trabajadores, que invalidan la lucha permanente. 
Los salarios de Yolanda Díaz quedan postergados por la realidad económica. Hacen ridículas las subidas del salario por ley, si no hay economía que las aguante. 240.000 trabajadores han firmado subidas salariales menores al 3% con un IPC disparado. Están en manos de la situación global.
Las medidas de contratación son sancionadas por la realidad económica. El 60% de los contratos fijos en España son a tiempo parcial y eso no lo evita la Lady, quien dice que debe haber contrato fijo solo por horas. Preguntamos ¿qué tipo de contrato fijo es ese? La sociedad demanda otra cosa.
Alemania contradiciendo a Díaz, introduce a los trabajadores en los consejos de administración de las empresas, lo que se llama el 'mitbestimmung'. Pero Díaz insiste en que «para promover sociedades pacíficas ella duplica el presupuesto social a los sindicatos». ¿Pero qué chantaje al dinero de todos, es ese?
En un mundo globalizado Nissan destroza las amenazas. La empresa va a otro sitio a la primera protesta. Hace lo que considera.
Ahora, los sindicatos amenazan a la patronal con movilizaciones por los salarios; no se han enterado de que Rusia corta el suministro de gas por Polonia y ello dispara un 12% el precio del gas.
Por eso se opina: si quieren estos sindicatos, que los paguen los sindicados.