"Tuve avatares muy dolorosos y escribir me ahorra sufrimiento"

J. Benito Iglesias
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'El Cantar de Liébana' es la quinta novela histórica de José María Pérez, 'Peridis', presentada en el Ateneo, del que forma parte y que le premió por una dilatada trayectoria muy vinculada a la preservación y divulgación del Románico

"Tuve avatares muy dolorosos y escribir me ahorra sufrimiento" - Foto: Óscar Navarro

José María Pérez, Peridis, regresa a Palencia para presentar su sexto libro y quinta novela histórica, El Cantar de Liébana, con ese poso de erudición que implica una larga trayectoria profesional donde no se ha cansado, a sus 81 lúcidos años, de tocar muchos palos y compartir un cúmulo de apasionantes experiencias con una legión de lectores.

 

Empezó divulgando las catedrales en 2012 en un primer libro y luego no paró desde 2014 hasta hoy con cinco novelas históricas. ¿Qué aporta la nueva, El cantar de Liaban, a su prolífica creación literaria?

En las otras novelas traté de aprender y en esta traté de explicar. Quería contar quién era Beato de Liébana, porque soy lebaniego,  y crear unos personajes del pasado y del presente en torno a este monje cántabro escritor de manuscritos con magníficas ilustraciones. Dada mi condición de estudioso y divulgador del románico, no podía hacer una novela policíaca, primero porque no sé y segundo porque no me interesa. La dificultad era grande al  escribir algo en dos tiempos: una novela histórica en el pasado y en el presente una novela de búsqueda.

 

Los escenarios  que elige acercan la cultura y el arte medieval con personajes que parece que usted interpretó alguna vez. ¿Le piden sus lectores que siga evocando ese pasado ?

No. Me lo pide el cuerpo. Beato aporta a los beatos en el sentido de que el de Liébana es el primero de ellos en torno al año 780. Su libro es el más copiado en la Edad Media después de la Biblia y otros beatos lo copiaron durante 300 años. Y no era fácil porque no se trata de unos comentarios, sino de unos dibujos imaginativos, modernísimos, a todo color y con mucho lujo en libros muy leídos, sobre todo en los monasterios y en las catedrales. Eso le da a Beato de Liébana el título de fundador de los que hacen comics e ilustración, siendo origen y manantial. ¿Qué tienen unos dibujos en los libros para estar de actualidad? Pues que cuando han venido los expresionistas, los abstractos y todos los movimientos pictóricos, tras conocer las ilustraciones medievales se inspiraron en ellas. Por ejemplo, Picasso copia en el Guernica las caligrafías de las bestias de los Apocalipsis. 

 

Su primera novela, Esperando al Rey, obtuvo el premio Alfonso X de Novela Histórica. ¿Fue este el acicate para mantener la costumbre de seguir contando más historias?

Siempre se la juega uno en cada libro. Fui cerrando el estudio de arquitectura a partir de los 60 años y me planteaba qué hacer con el resto de mi vida. Pensé que lo mejor era contarla como hice con el Románico en televisión. Era necesario narrar aspectos de la historia, el patrimonio, tu tierra y lo vivido en ella, surgiendo una profesión nueva y ayuda para mantenerte joven.

 

Arquitecto, humorista gráfico con una viñeta en El País, escritor y divulgador. ¿Le pega el dicho de hombre de muchos oficios, pobre seguro, o se siente realizado con sus profesiones?

Mi padre se hacía eco a menudo de este refrán y lo he tenido siempre en cuenta. La base es hacer lo que te gusta, contar lo que te atrae y lo que sabes. Hacer vivir a la gente lo que has vivido, aquello que has sentido y acercar lo que has leído o creado.  Pero, sobre todo, pasártelo bien y que pasen los años dentro de una plenitud, la plenitud de la creatividad. En mi caso, al haber tenido avatares muy dolorosos, la escritura me ha dado la vida porque para mí todo aquello que escribo es un sufrimiento que me ahorro.

Ya sin cargos en la Fundación Santa María Real, de Aguilar, donde ayudó a crear empleo y fijar población, ¿aún sigue aportando ideas?

Tengo un vínculo de por vida. Es un hijo más y muy querido y al que, probablemente, he dedicado mucho más tiempo que a los míos. Tenemos que llevar a puerto el proyecto de la Gran Enciclopedia del Románico de la Península Ibérica. Se trata de un compromiso de 30 años para una obra única en el mundo.  Van a ser 75 tomos y la idea es que esté en la principales bibliotecas después de trabajar en ella más de 2.000 titulados y varias universidades. Para tratarse de una publicación surgida en un pueblo de algo más de 6.500 habitantes no deja de ser un logro milagroso; yo creo que es el gran milagro de Beato de Liébana -(dice sin esconder una amplia sonrisa de complicidad vinculada a su última novela histórica)-.

Nació en Cabezón de Liébana, se crió en Aguilar y conoce muy bien el territorio románico. ¿Qué más se puede hacer por esta riqueza montañesa?

Pues primero conservarla. Estudiada ya lo está mucho y se puede seguir dándola a conocer y, sobre todo, aprovecharla para un turismo cultural y de calidad. Es muy importante conseguir que no se destroce el territorio, que no pongan granjas de cerdos que lo llenen de olores y contaminen las aguas , ni instalen tantos molinos de viento hasta el punto de no poder sacar una foto. Hay que evitar los peligros de una industrialización que no corresponde. Hay mucho que hacer en la cultura y el ocio y existen pocas zonas como el norte de Palencia con un conjunto tan valioso de iglesias en un territorio medieval. Se debe preservar la joya que tenemos y añadirle valor.

Presentó su nuevo libro y se le entregó uno de los Premios Ateneo, del que es socio desde su refundación. ¿Qué supone este reconocimiento?

Este galardón es un bote de afectos condensados de la gente de tu tierra que, afortunadamente, se repite en otros lugares por una vida dedicada a preservar y a poner en valor algo que es de todos. También por ayudar a crear empleo no solo en España, sino en Latinoamérica donde han llegado las escuelas taller y las lanzaderas de empleo. He tenido la fortuna de dibujar para el diario El País y eso te abre muchas puertas. Puedes elegir entre hacerte rico, o influencer como dicen ahora, o andar por ahí con la gente. Yo he preferido ir a las raíces, estar con las personas y procurar convertir en calidad de vida y empleo el patrimonio.