Una temporada que no fue muy larga en festejos, pero que resultó inmensa en sensaciones
Fueron en total siete corridas, pero por encima de números me quedo con el conjunto de una temporada que calificaría de importante por haber sido capaz de dar otro paso más adelante en mi tauromaquia. Hubo tardes muy bonitas y me atrevería a decir que ha sido el año en el que he dado una dimensión más alta, pues cada tarde tuvo su importancia.

Un año que iniciaba con nuevos apoderados, Jesús Benito y Andoni Recagorri, tras pasar dos temporadas en solitario
Después de romper con Jorge Manrique tuve algunas ofertas de gente que quería dirigir mi carrera, pero preferí no precipitarme ya que buscaba alguien que tuviera la categoría humana que he encontrado en Jesús Benito y Andoni Recagorri. Ambos me aportan cosas que me ayudan a ser mejor torero y es una dupla con la que me encuentro tremendamente a gusto.

El año apuntó bien desde el inicio con esas tres orejas que cortó en Arévalo
Aquella fue una tarde super especial, pues casi llevaba dos años sin enfundarme el vestido de luces. Acudía muy mentalizado, pero tanto tiempo sin pisar una plaza suele generar un plus de responsabilidad, si bien yo fui capaz de transformarlo en motivación, de ahí ese triunfo de tres orejas en un gran cartel junto al maestro Morante, Juan Ortega y los de Garcigrande.

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