Los usuarios -la mayor parte con discapacidad y distintas patalogías- del centro de fisioterapia de Aspaym y sus responsables buscan desde hace tiempo una salida a un problema enquistado. El sistema de la calefacción falla desde hace cuatro meses, la empresa de mantenimiento dice que se necesita una pieza que no llega, y da largas a la entidad social; y el Ayuntamiento, responsable de la instalación en los bajos del estadio Nueva Balastera a través del Patronato Municipal de los Deportes, que tiene pendiente de aprobar el presupuesto para la reparación. Lo peor, que los trabajadores y pacientes soportan bajas temperaturas en un espacio de 200 metros cuadrados con amplias cristaleras que acrecientan el frío pese a las estufas y calefactores como fieles acompañantes, junto a los abrigos de los pacientes.
Anabel Pérez, directora general de Aspaym Castilla y León, entidad social que gestiona la instalación mediante un convenio abonando un alguiler y la parte proporcional del pago de luz y calefacción, relata el problema. «Pusimos calefactores y hemos llevado nuestro técnico de mantenimiento pero la empresa responsable que trabaja para el Ayuntamiento dice que es la que debe intervenir. Nuestra trabajadora social ha contactado en numerosas ocasiones con el Patronato y nos dieron largas. Esta semana pedimos una reunión al Ayuntamiento tras hacer antes todo lo posible para solucionar el problema», indica.
Paula Ledesma, trabajadora social de Aspaym, explica lo complejo de la situación. «Los técnicos decían primero que no había avería y luego que sí y en diciembre volvimos a insistir. Los pacientes, para hacer rehabilitación, tienen que quitarse ropa y algunos decidieron no venir hasta que no haya una calefacción en condiciones, dadas sus patologías y discapacidades», dice.
Tratar la discapacidad con bajas temperaturas - Foto: Juan MelladoFrancisco Javier Ramos, fisioterapeuta, añade que «las estufas hacen lo que pueden, pero algunos usuarios dejaron de venir ya que el frío agrava sus problemas de salud y al resto les acercamos los calefactores y mantas al box de tratamiento e intentamos destaparles lo menos posible».
«Llevo aquí desde el primer día que se abrió el centro. Estoy muy contenta con los trabajadores pero el invierno lo pasamos haciendo la rehabilitación con el abrigo puesto, sobre todo a primera hora», explica la usuaria Josefa de la Hoz.
María del Carmen Maté, se expresa en términos similares. «Cuando te tumbas en la camilla te quedas pajarito. No es normal para personas que no estamos bien de salud. Una avería, aunque se pida presupuesto, no puede tardar tanto tiempo en arreglarse», lamenta.
Manuel Domínguez, familiar de una usuaria con discapacidad, se muestra contrariado. «Es inadmisible que una instalación que no está bien aislada lleve más de cuatro meses sin calefacción y, aunque se hayan puesto calefactores, no dan para mucho. A título particular me he dirigido varias veces al Ayuntamiento, a través del Patronato de Deportes. Al final no conseguí ninguna solución y, una vez pasado un tiempo prudencial, les avisé que haría publica la situación», concluye.