De 1.200 a 700 coches diarios en Renault por falta de chips

J. Benito Iglesias
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El problema de desabastecimiento de Bosch, principal proveedor de la planta de Villamuriel, motiva un ERTE y paradas que pueden durar hasta el inicio de 2022

De 1.200 a 700 coches diarios en Renault por falta de chips - Foto: Sara Muniosguren

Podrían haber sido los neumáticos, alguna pieza vital para los motores, el volante, la suspensión, los cristales, metales para la carrocería o componentes de iluminación. En alguna ocasión, la falta de suministro de alguno de estos materiales hubiera paralizado o trastocado los planes de producción de automóviles, pero en pleno siglo XXI es el desabastecimiento de semiconductores el que está echando por tierra cualquier previsión de recuperación de las ventas del sector de la automoción tras la pandemia en medio mundo. En lo que toca de cerca, la factoría de Renault en Villamuriel se ha visto limitada por la escasez de chips a unos 700 vehículos diarios de los modelos Megane y Kadjar en el actual turno y medio de trabajo, frente a los 1.200 habituales en dos turnos, cifra que incluso se superaba hasta que el turno de noche se suprimió en enero de este año.

El problema, según las fuentes consultadas por DP,  parte de la escasa capacidad de abastecimiento del principal proveedor de semiconductores de potencia automotriz, la planta que la marca alemana Bosch tiene localizada en el este de Europa. A  su vez, viene motivado por la escasez de materiales necesarios para fabricar los chips que proceden de países asiáticos. «En el caso de la factoría palentina, el no contar con semiconductores afecta de lleno a distintas partes del vehículo, como las pantallas del cuadro de mandos electrónico, el sistema de bloqueo ABS o los aparatos de sonido», indicaron las mismas fuentes, que precisaron que los problemas de escasez de chips ya se venían arrastrando con el inicio de la pandemia y se acrecentaron desde el pasado mes de marzo.

Los semiconductores de carburo de silicio (SIC) permiten una mayor densidad de potencia y eficiencia, lo que hace que sean extremadamente atractivos, especialmente para su uso en vehículos eléctricos, cuya producción es ahora pujante frente a los vehículos de combustión. Aunque las noticias de expansión de producción de chips están relacionadas con EEUU y los países asiáticos, en la UE también se percibió en los últimos años que hay que invertir en su fabricación. El problema se centra en que la burocracia europea va más despacio que la estadounidense o la de otros países, ya que hay que poner de acuerdo a decenas países. 

De momento, Bosch adelantó a julio la apertura de una fábrica que tenía previsto inaugurar seis meses después con una inversión de 1.000 millones de euros en Dresde (Alemania), de los cuales 200 han sido aportados por la UE. La multinacional, tal y como anunció, se decidió por construir su planta en el estado de Sajonia, conocido como Silicon Saxony, la ubicación de microelectrónica más grande del continente y la quinta más grande del mundo. Uno de cada tres chips europeos se produce aquí. 

Bosch Semiconductores es conocida por sus sensores, y al menos en los que se usan para el sector de los automóviles, se han empezado a producir en esta fábrica el pasado mes de septiembre. Otros chips que proceden de la compañía son de comunicaciones, pequeños procesadores, chips de control y controladoras de red.

Origen del problema.

La Asociación Española de Proveedores de Automoción (Sernauto) alertó recientemente sobre dos problemáticas importantes que están afectando a la industria de la automoción: el desabastecimiento de chips y otros componentes claves en la producción de coches y el sustancial incremento del precio de las materias primas. «Es  algo muy serio que está afectando a toda la cadena de valor del sector y volviendo locos a los fabricantes. De enero a finales de mayo se dejaron de producir en España 231.679 vehículos por falta de chips. Esa escasez también llevó a la cancelación del suministro del resto de componentes de esos vehículos. Y la situación parece que va a seguir complicada hasta principios de 2022», concretó.

El origen está en la pandemia, ya que cuando la economía mundial se paró, las cadenas de suministro tuvieron que cambiar sus procesos. Las fábricas de coches detuvieron la producción y, en contrapartida, el teletrabajo disparó el uso de dispositivos electrónicos.

Así, la automoción tuvo que reducir sus pedidos de chips, mientras las tecnológicas ampliaron, lo que hizo cambiar a los fabricantes su habitual entrega.  Tras salir del confinamiento, el desabastecimiento de chips ha ido a peor. La concentración de proveedores tampoco ha ayudado y muchas multinacionales del automóvil han tenido que parar y algunos fabricantes ya hablan de pérdidas millonarias por esta carencia y su efecto en la producción.

 

Paradas el lunes y del 18 al 22 de octubre.

La factoría palentina de Renault, como han confirmado fuentes sindicales, parará el próximo lunes la producción en su turno y medio y hará lo propio la semana entera del 18 al 22 de octubre

La compañía del rombo planteó hace unas semanas un nuevo expediente de regulación de empleo (ERTE) para sus plantas de Castilla y León que será aplicable hasta el 31 de diciembre. La medida laboral se realiza cuando se agotan los descansos por bolsa de horas y las herramientas de flexibilidad del convenio. Se motiva en las bajadas productivas de la factoría y la crisis de los semiconductores que afecta a todo el mundo desde que se inicio  la pandemia. La negociación la desarrolla la Comisión de Seguimiento del ERTE, que ya aprobó otra reciente parada la semana completa del 20 al 24 de septiembre.