Llegó a Palencia a ayudar a unos parientes en el sector hostelero hace once años con un hijo pequeño y hoy -tras conseguir un empleo fijo y una vida estable- la invasión rusa de su país, Ucrania, ha trastocado su día a día. Valentyna Neprokina ha removido cielo y tierra y enviado el dinero que va recibiendo de donaciones a una prima y sus cuatro hijos que, después de huir de los bombardeos con autobuses pagados para sacarlos de la zona de conflicto, llegarán a la capital previsiblemente el lunes.
«Pasaron la frontera de Ucrania con Moldavia y arriesgaron sus vidas, ya que otro autobús no consiguió su objetivo al ser tiroteado por un helicóptero ruso. Ellos se salvaron. Tuvieron que ir tumbados uno encima de otro para ocultarse los más posible», relata. Tras pasar por Rumanía y Hungría -con la dificultad del idioma, sin apenas dinero ni documentación para entrar en la Unión Europea- una organización religiosa húngara pagará el viaje de los familiares en autobús para llegar a casa de Valentyna.
«En principio viajaba un grupo de 13 refugiados con mi prima y sus cuatro hijos, pero ocho personas se desviaron a Polonia. Los acogeré en mi casa hasta que ella pueda tener un trabajo en la ciudad o en un pueblo que pueda albergarles más adelante», añade.
Tras un primer objetivo cumplido, el inmediato es llevar toda la ayuda humanitaria que consiga en Palencia a Nicolaev, ciudad ucraniana atacada actualmente, y recoger allí al resto de parientes en una zona bombardeada. Tiene previsto viajar con Alberto, de Venta de Baños, que se ofreció voluntario para ir con ella hasta Moldavia en la frontera con Ucrania.
Gente de organizaciones humanitarias que puede acceder al país les apoya para acercarse y necesitan una furgoneta que alguien les preste o alquilarla. «En Ucrania llueve, hay carreteras bombardeadas, nos tocará ir por el campo alguna vez y la furgoneta debe estar preparada. Mi madre vive cerca de mi tío, que tiene una pierna amputada. También están allí mi prima y dos hijos en situación desesperada como me cuentan cada día y no puedo olvidar sus caras. Nadie se atreve a llegar hasta Nikolaev y tenemos que hacerlo como sea. Hasta la ciudad ucraniana de Leópolis podemos llegar de forma segura en una ruta que ya hemos trazado y luego el grupo de voluntarios podrá llevar a nuestra familia a una zona intermedia para recogerlos sin peligro», señala.
La ucraniana agradece el apoyo que está recibiendo en la capital, en buen parte tras facilitar a este periódico un número de cuenta ES73 2103 4536 31 0010103974 que fue publicado hace unos días. «El principal apoyo económico ha sido el de las familias a través del colegio Santa Clara de Asís de la capital, que siguen donando cosas y recogen los chuabasqueros para los soldados. También de la cadena de supermercados Carrefour y el de los compañeros de trabajo de Renault, que la verdad no esperaba. Además, a título particular me han donado dos chalecos antibalas que pedí y serán necesarios cuando accedamos a la zona de conflicto», explica Valentyna con cierta emoción.
más acciones solidarias. El CD Villada ha realizado una campaña de recogida de alimentos, ropa de abrigo y medicinas para el pueblo ucraniano. En un reciente partido de la Primera Provincial de Aficionados contra el CD Astudillo recogió diverso material. Además, en Saldaña, mañana sábado, a las 17 horas se celebrará una marcha solidaria con Ucrania, aportando 5 euros por el dorsal y el dinero se entregará a Cáritas y Cruz Roja.
Por su parte, Gadis y Unicef se han unido y hasta el 31 de marzo se podrá donar en las cajas de los supermercados una aportación mínima de 1 euro. Finalmente, el Ministerio de Seguridad Social y Migraciones atenderá 24 horas del día para informar a desplazados de Ucrania en el número (+034) 910474444.