El Club Deportivo Becerril cosechaba la primera victoria del curso después de vencer al filial del Mirandés (2-0). Los morados firmaron un buen partido, no exento de sufrimiento, pero que finalmente terminó por otorgar a los de Olea el primer triunfo del curso.

En la primera parte, el Becerril salió muy bien. El cuadro local conseguía quitar el balón a los burgaleses, algo fundamental frente a un conjunto que suele castigar si tiene la posesión del balón. Por lo tanto, buena lectura de partido de los de Olea en los primeros compases del encuentro, que hacían lo que tenían que hacer en estos primeros instantes.

Este buen hacer se tradujo en la consecución del primer gol del Becerril, que llegaba a balón parado en el minuto 23. El autor, Jesu. Defensa, sí, pero siempre peligroso en este tipo de acciones. «Respecto a otros encuentros, en éste cambia que esta primera que hemos tenido la hemos materializado. Eso nos ha dado mucha confianza y nos ha hecho poder afrontar los minutos siguientes de una manera distinta», comentaba el entrenador local al término del encuentro.

Una primera parte que transcurría muy favorable para el Becerril. De hecho, el filial del Mirandés no tuvo ni una sóla acción clara de gol para poner en apuros a los de Olea. Algo totalmente contrario al Becerril, que pudo ampliar la renta si el palo no hubiera repelido un ataque de Blanco. Jaime y Kuko también tuvieron en sus botas la posibilidad de hacer algún gol más en estos primeros 45 minutos.

Si en algo destacó el Mirandés B en el primer tiempo, quizá fue en el control del partido, teniendo más posesión. Pero el Becerril aguardaba a su oportunidad bien colocado y con criterio.

Tocó sufrir. Como es normal, en la segunda mitad el combinado visitante tomó más riesgos. Un triple cambio al descanso provocó que los jabatos se vinieran arriba en busca del gol. Al Becerril no le quedó otra opción que conceder al Mirandés B más terreno, por lo que los burgaleses estaban cada vez más cerca de la portería de Sevi. Un Sevi que fue clave, puesto que en momentos de sufrimiento salvó a su equipo de recibir el empate.

Pero el Becerril no renunció en ningún momento al segundo gol. El filial del Mirandés, volcado totalmente en ataque, generaba espacios atrás, los cuales aprovecharía el Becerril para galopar al contragolpe y hacer, por medio del delantero David Martín, el segundo gol, el de la sentencia. Y el que cerraba la primera victoria.