Las exigencias de la PAC impulsan la siembra directa

P. Velasco
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Castilla y León cultivó en el año 2021 más de 320.000 hectáreas mediante esta técnica sin arado con lo que se evita además la alteración del suelo

Un agricultor prepara el terreno para la siembra directa.

Las nuevas condiciones impuestas por una Política Agraria Común (PAC) cada vez más medioambientalista ha provocado que técnicas como la siembra directa sumen más seguidores en los últimos años y los agricultores castellanos y leonese se adapten a los nuevos tiempos si quieren continuar percibiendo las ayudas de la Unión Europea. De esta forma, la superficie agrícola que se ha cultivado con siembra directa se ha duplicado en la última década en la Comunidad, pasando de las 159.557 hectáreas en el año 2011 a las 321.248 registradas en 2021, un 101% más, según los datos publicados en la Encuesta sobre Superficies y Rendimientos Cultivos (Esyrce), que realiza anualmente elMinisterio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Castilla y León mantiene la siembra tradicional – aquella en la que antes de sembrar se prepara el suelo, arando la tierra para revolver e invertir las capas del suelo– como principal técnica con más de 2.180.000 hectáreas, aunque la directa –la labranza de conservación o siembra directa sobre rastrojo, sin arado y con lo que se evita la alteración del suelo– gana terreno debido a las exigencias medioambientales de la PAC y que buscan reducir las emisiones de gas a la atmósfera y promover un modelo agrario de sostenibilidad debido a los problemas de contaminación de CO2.

Estos datos reflejan como ha aumentado el terreno de siembra directa que se realiza directamente sobre rastrojo de cereal, girasol, maíz forrajero o cereales forrajeros del año anterior, ya que ha ido ganando hectáreas constantemente durante los últimos diez años a costa de la superficie destinada a siembra tradicional, que suma además la pérdida de activos en el sector.

Con la entrada en vigor de la nueva PAC, si un profesional quiere acceder al mismo importe de ayuda que en años anteriores, en función de los cultivos, se podrá optar por realizar unas prácticas u otras para cumplir con los eco-regímenes. En el caso de los cereales y los cultivos herbáceos, lo que más se siembra en Castilla y León, se pueden acoger fundamentalmente al eco-regímen de rotación de cultivos o a la práctica de siembra directa. Para poder ejecutar este último tienen que realizar las siguientes condiciones: que sea al menos el 40% de la superficie acogida; realizar la rotación de cultivo cada año en las superficies acogidas a la siembra directa; y sembrar directamente sobre los rastrojos del año anterior y mantener una cubierta vegetal todo el año.

Flexibilizaciones.

En el caso de Castilla y León, la Junta ha aprobado una flexibilización de cara a la campaña de este año para la siembra directa que consiste en permitir laboreo vertical que no invierta la tierra. Además, estas labores no se podrán realizar desde la cosecha hasta el 1 de septiembre, con obligación de mantener el rastrojo sobre el suelo.

La siembra directa sobre rastrojo es una técnica de cultivo sin arado, con lo que se evita la alteración del suelo. La labranza cero sin arado incrementa la cantidad de agua que se infiltra en el suelo, aumenta la retención de materia orgánica y la conservación de nutrientes en el suelo. En muchas regiones agrícolas evita la erosión del suelo1? y previene organismos causantes de plagas, ya que se mantiene el equilibrio ecológico del suelo debido a que también se protegen los organismos que contrarrestan las enfermedades. El beneficio más importante de la siembra directa es la preservación de las características físicas, químicas y biológicas del suelo, haciendo que los suelos adquieran más resiliencia.

En Castilla y León, la mayor parte de la superficie destinada a siembra directa es para cultivar cerelas, ya que según los datos de la Esyrce, durante el año 2021 se desarrollaron 284.265 hectáreas mediante esta técnica, es decir un 37,96% total del terreno. En segundo lugar fueron las hectáreas destinadas a girasol con 18.354, mientras que otras 18.629 se destinaron a otros cerealeas forrajeros durante esa misma campaña que recoge el Ministerio.

A nivel nacional, la siembra tradiciona sigue liderando la mayor parte de superficie destinada a productos agrícolas con un 87,96%, más de 6.300.000 hectáreas, mientras que solo el 11,79% se cultiva a través de la siembra directa, unas 845.000 hectáreas. Los cultivos donde se practica con más intesidad el laboreo sin movimientos de tierra son los cereales, seguido de otros forrajes, el girasol y el maíz forrajero, según la información de la Esyrce.