Ascensión Fernández volvió a ponerse al frente de un recinto repleto de almas dispuestas a escucharla, pero esta vez no era en las aulas del colegio El Otero, como acostumbró durante muchos años en su labor docente, sino en una abarrotada iglesia de Santa Bárbara y en el marco de la Semana Santa de Guardo, que ayer arrancó de forma oficial con el pregón de esta maestra jubilada, natural de Villalcázar de Sirga, que echó raíces en una localidad en la que se la quiere y respeta. No en vano, allí acompañó desde su llegada en 1974 y hasta su jubilación a cientos de escolares en su más tierna infancia y, lo más importante, educó en valores a generaciones enteras de chavales.

Su pregón fue un alegato feminista en el que reivindicó el papel histórico de la mujer dentro de la Iglesia, la gran olvidada de la religión. Recordó Fernández la figura de María de Cleofás, María Magdalena y la de la Verónica, a las que la Iglesia relegó a un segundo plano. «Mujeres que no sintieron miedo, acompañaron a Jesús en el camino a la Cruz, le limpiaron el rostro, desafiaron a quienes exigían la muerte de Cristo y continuaron al pie de la Cruz cuando todos los apóstoles, salvo Juan, habían huido», defendió la pregonera guardense.

Féminas que, según afirmó, «ni se entregan ni temen ni se acobardan» y que, en palabras de Fernández, «son todo un símbolo y un ejemplo para nuestro tiempo». Un momento que aprovechó para pedir que la Iglesia reconozca «pronto» el «papel fundamental» de aquellas santas mujeres y de las actuales. «Ahora es un buen momento para que se les coloque en el lugar que les corresponde», subrayó.

Guardo urge más reconocimiento de la mujer en la Iglesia

La suyo fue una disertación alejada de los estereotipos que rodea a estos eventos, en los que todos, o al menos la inmensa mayoría, tan solo reparan en la figura de Jesucristo. De ahí que fuera correspondido con una cálido aplauso. Y es que pocas veces suenan en una iglesia versos como los de Antonio Machado, Lope de Vega o los de la escritora chilena Gabriela Mistral, elegidos con acierto en un pregón en el que cada palabra tenía sentido y nada se había dejado al azar.

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CONCIERTO. Tras el pregón magistral de Ascensión Fernández, los asistentes tuvieron la oportunidad de meterse de lleno en la Semana Santa con el concierto que ofrecieron, en ese mismo lugar, las bandas de cornetas y tambores de la Virgen de la Soledad y Santísimo Cristo de las Cinco Llagas y Nuestro Padre Jesús Nazareno y Santo Sepulcro, amén de la Banda de Música de la Agrupación Musical de Guardo.