Julio César Izquierdo

Campos de Tierra

Julio César Izquierdo


A la saca

30/04/2022

Anda Tiburcio recogiendo material variado y surtido, por si acaso. Aparte está dejando las malas hierbas, que a su juicio crecen con mucho gusto a pesar de los herbicidas modernos y libres de toda contaminación. Eso dice. Tampoco es que esté muy selectivo esta jornada, pero en el morral está metiendo de todo, como si fuera a exiliarse de sí mismo. O tal vez es que ya está pensando en donar su sabiduría creando una fundación cuyo nombre pudiera estar barajándose a través de alguna asociación con inquietudes de mayor calado. Tampoco lo veo. El caso es que ahí va. De momento ha colado una colección de libros de historia de Castilla y otros tantos volúmenes de publicaciones más locales de Tierra de Campos. Juntos, pero no revueltos, a tutiplén, amasando un fondo que no tiene fin, pues su maleta es un pozo negro que clarea pertinente por el brocal. Lo que no sabía yo es que también conservaba varios planes de desarrollo de los años 70 del pasado siglo que, en algunos casos – y cambiando cuatro párrafos- tendrían plena validez en los tiempos que corren. Con calzador está empujando varios tratados sobre repoblación/despoblación y las conclusiones de media docena de congresos en los que se hablaba de lo que seguimos hablando. También acompaña varios álbumes de fotografías en los que queda constancia de todo lo que había y se movía por el entorno. Y, si no estoy mal informado, culminará con varios escritos propios en los que reflexiona sobre qué ha pasado y qué pasará a corto plazo. Y barrunta que cerrará los ojos sin que lleguen soluciones de calado, pues según balbucea aquí estamos más por el parche, que lo sujeta hoy, pero lo revienta mañana. Es que es un pesimista, como casi todos por aquí. Lo que no deja de ser curioso, porque los optimistas suelen ser los de presencia temporal. Y es que el buen tiempo, los sábados, las fiestas y otros brindis, animan el cotarro y el espíritu. Yo es que soy más de otoño e invierno, suele decirme con frecuencia. Como verán, es un hombre con sus cosillas, propias de la edad o inherentes a la experiencia. Será cosa del relato, palabra que ahora sirve para todo, pero que si se mira desde un punto de vista literario puede tener muchas interpretaciones y muy pocos finales. Va.