Editorial

El teletrabajo, un ariete contra la despoblación

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Paredes cree en sus posibilidades como pueblo acogedor y ejerce como tal

El confinamiento y las limitaciones de movilidad que generó en marzo de 2020 la declaración de la pandemia de covid y, con ella, la del estado de alarma, hicieron que mucha gente se viera abocada a trabajar en remoto, desde su casa, dado que el espacio laboral estaba cerrado si no se consideraba actividad esencial. Para algunos fueron meses un tanto estresantes y plagados de dificultades, bien espaciales o tecnológicas, al tener que compartir la improvisada oficina con los hijos en edad escolar o con otros miembros de la unidad familiar en idéntica situación. En cuanto se levantaron las restricciones, volvieron al trabajo presencial. Otros, en cambio, descubrieron  que el teletrabajo les proporcionaba una libertad y una flexibilidad de horarios que favorecía la conciliación y el ahorro en gastos de transporte y en tiempo. Los que pudieron siguieron trabajando en sus casas, incluso hubo quien optó por el emprendimiento y montó su propia empresa aprovechando las ventajas de ocupar el propio espacio residencial.

Como hubo -y hay- partidarios de teletrabajar, pero cambiando el paisaje urbano por el de los pueblos. Esto último fue otro descubrimiento unido a los tiempos más duros de la pandemia. La gente se dio cuenta de que los familiares y amigos con casa en el medio rural vivían con menos agobios, más tranquilidad y sobre todo seguridad las prohibiciones y que, además, eso no les impedía seguir trabajando, aunque lo hicieran a distancia. Bien es verdad que para ello se requerían buenas conexiones y una cobertura suficiente. Es el caso de Paredes de Nava, la única localidad palentina que se ha integrado en la Red Nacional de Pueblos Acogedores. Dispone de todo lo necesario para favorecer el teletrabajo, incluido un espacio físico de coworking (trabajo colaborativo) donde los usuarios se sienten cómodos y pueden entablar relaciones de negocios, realizar entrevistas o reunir a sus socios y clientes. El pueblo garantiza la cobertura de los servicios básicos, desde educación a sanidad, pasando por cultura y ocio, sin restar un ápice de importancia al patrimonio monumental, a la historia, a la calidad de vida, algo siempre muy importante, y a su idiosincracia acogera y emprendedora.

 El Ayuntamiento ha creído desde el primer momento en las posibilidades de un proyecto como la citada red nacional, que tiene carácter piloto pero que está resultando eficaz como arma contra la despoblación. De hecho, Paredes de Nava fue uno de los veintisiete pueblos que la conformaron en junio de 2021. En este tiempo se han interesado 1.735 personas por la localidad terracampina, algo que se ha concretado en casi una veintena de usuarios reales de su espacio de coworking y del propio pueblo. No es la panacea, no multiplica panes y peces y no va a acabar con la despoblación de un plumazo, pero a priori parece, como dijo el poeta, un arma cargada de futuro. Y eso siempre es positivo.