«El humor no tiene límites, cada persona se lo impone»

Ismael Martín
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El monólogo 'Imbécil', un homenaje al poder de las palabras, es el protagonista esta tarde, a las 19 horas

«El humor no tiene límites, cada persona se lo impone» - Foto: Ximo Gonzalez

La programación especial del Teatro Ortega con motivo de los sanantolines llega a su fin hoy, a las 19 horas, con el show Imbécil, de Álex O'Dogherty. Se trata de un divertido monólogo sobre los límites del humor y el poder de las palabras. 

El espectáculo es fundamentalmente un homenaje a las letras y, sobre todo, a la palabra imbécil, que siempre le ha gustado mucho al artista de San Fernando (Cádiz), que cuenta con 25 años de trayectoria profesional desde que empezó en 1997, tiempo que le ha servido para participar en películas, series de televisión, teatro y componer  música.

¿Por qué eligió dedicarse al mundo del espectáculo?

En un campamento de verano cuando tenía 15 años tuve una revelación, como cuando se le apareció Dios a San Francisco de Asís. Así, descubrí que tenía una vocación. 

¿Cómo fueron sus primeros pasos?

Los primeros pasos fueron en el instituto en el que me gustaba apuntarme a las diferentes representaciones teatrales que se realizaban. Además, empecé actuando, de forma no profesional, en el hogar de pensionistas de mi pueblo. Además, tras acabar el colegio, estudié arte dramático en Sevilla.

¿Cómo llegó su primera oportunidad profesional?

Con 25 años, empecé a trabajar en una compañía de teatro de Sevilla llamada La Jácara. Me vieron actuar en la escuela de arte dramático donde yo estudiaba y les gusté tanto que me llamaron. Después en 1999, Paramount Comedy estaba buscando cómicos para hacer monólogos. Entonces me senté, empecé a escribir y me salieron muy bien porque me cogieron.  Ahí conocí a gente como Joaquín Reyes.

¿De qué tipo de temas habla en sus monólogos? 

Me gusta hablar del ser humano, sobre todo de su comportamiento. Mi primer espectáculo en solitario Y tú, ¿de qué te ríes?, en el año 2001, trataba sobre la risa porque me preocupaba de qué se reía la gente y, sobre todo, por qué no se reía y estaba de tan mal humor siempre. Después, hice un espectáculo sobre el amor pues me preocupaba por qué la gente se enamoraba o no y por qué dejaba de estar enamorado cuando parecía que lo estaba mucho. De ahí el nombre de El amor es Pa Ná.  Y ya en 2019 hice Imbécil, que es el monólogo que la gente va a poder disfrutar en Palencia y con el que empiezo la cuarta temporada. 

¿Cómo surgió la idea de crear el monólogo?

Me di cuenta de que estaba midiendo las palabras que decía o escribía en redes sociales. Llegaba un momento en el que la gente se ofendía con mucha facilidad. Ante eso, uno mismo se censura y es el peor tipo de censura que hay. Me di cuenta de que lo estaba haciendo y que me afectaban mucho las palabras, lo que pudieran decir de mí. 

Por otra parte, el mundo de las palabras siempre me ha parecido interesante y tenía ganas desde hace tiempo de hacerle un homenaje .

¿Cuáles son los límites del humor?

El humor no tiene límites, los tiene cada persona. Cada uno tiene algo sobre lo que no le hace tanta gracia que le hagan bromas, ya sea sobre su pueblo, equipo de fútbol, bandera o religión.

¿Por qué la gente debería ir a ver su show?

Animo a que vengan porque es un espectáculo maravilloso, en el que van a salir rejuvenecidos, como si recibieran diez años más de vida, porque la risa es vida y salud. Además, un domingo por la tarde en Palencia es la mejor opción para pasarlo bien y divertirse, que es lo que necesita la gente.