Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


La foto de Valencia

08/02/2023

Si una imagen vale más que mil palabras, la fotografía del pasado fin de semana en Valencia con el actual presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, entre los dos expresidentes del Gobierno que ha tenido el Partido Popular, José María Aznar y Mariano Rajoy, es reveladora del momento de unidad que vive el partido conservador en torno a su líder actual, una reconciliación formal entre dos políticos que habían mantenido fuertes discrepancias rodeadas de menosprecios del segundo hacia el primero, pero Núñez Feijóo no quiere desaprovechar la oportunidad de elevarse sobre la plataforma que les han fabricado sus predecesores dejando en el aire con cuál de ellos se encuentra más próximo. Ahora no es el momento de las diferencias sino de administrar la herencia política dejada por ambos. .   

De Aznar se sabe que su posición política es más dura, si se prefiere más cercana a los postulados de Vox, porque bajo su hégira la ultraderecha estaba acomodada en el seno del PP, y mantuvo al partido unido. Bajo el mandato de Rajoy, y a cuenta de su política antiterrorista de Rajoy, Santiago Abascal comenzó a volar solo y su partido le arañó un porcentaje de voto que no se pensaba que fuera tan elevado y más sólido que el de los votantes que se fueron a Ciudadanos, que han vuelto en masa a la casa grande de la derecha. Rajoy no supo mantener embridada a la ultraderecha que se había asentado en el Partido Popular y que al calor de una situación internacional propicia y a caballo de posiciones demagógicas y apelaciones populistas a todos los ítems de la extrema derecha se ha hecho fuerte, hasta el punto de convertirse, si los electores no lo remedian, en el socio necesario del PP para acceder a los gobiernos municipales, autonómicos y sobre todo para llegar a La Moncloa.  

La foto de Valencia, desde el punto de vista electoral es una imagen muy potente para el electorado conservador, porque el apoyo de José María Aznar puede tener la virtualidad de lograr recuperar a votantes de Vox, mientras que la figura de Rajoy contiene un mensaje más de consumo interno, porque muchos de quienes fueron sus colaboradores están volviendo a la primera línea política de la mano de Feijóo. Son los sorayistas que se retiraron a los cuarteles de invierno con la victoria de Pablo Casado en las primarias que le auparon al liderazgo del PP con la ayuda de María Dolores de Cospedal. Los casadistas y cospedalistas o bien han cambiado de chaqueta o son los que se encuentran ahora esperando una nueva oportunidad.   

Para los sectores progresistas el reverso de la foto de Valencia es el de unos dirigentes políticos que están en el origen de la exacerbación del problema territorial, de la corrupción política y de una gestión económica muy distinta a la que se ha desarrollado en las crisis de la pandemia y la guerra de Ucrania. La representación de la España del pasado, han dicho.  

En su intervención en la Intermunicipal del PP celebrada en Valencia, Feijóo dejó abierta la puerta para marcharse en el caso de que no gane las elecciones "Si no gano no merezco presidir este partido", dijo. Pero una cosa es ganar las elecciones –lo que parece indiscutible- y otra alcanzar el poder –lo que es ahora muy probable con el apoyo de Vox, dada la situación de sus competidores. La foto de Valencia fue la foto del optimismo y de la esperanza para el PP. Y la dimisión de Feijóo y la vuelta a una crisis interna no se vislumbra en el horizonte.