«Son necesarios momentos de risa y de apagar un poco la mente»

Ismael Martín
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Desde hace 13 años compagina su faceta de actriz con sus monólogos por los escenarios de todo el país. Sin ponerse límites, la artista trata temas propios de la calle con mucho humor

«Son necesarios momentos de risa y de apagar un poco la mente»

Los Cines OMY  acogen una nueva cita del Festival del Humor. Hoy a las 22 horas, la protagonista será Coria Castillo (Madrid, 1980). Desde hace trece años compagina su trabajo en el mundo de los monólogos con su faceta de actriz. Entre otros, ha participado en varios programas de sketches en Comedy Central y después de verano se estrenará la serie Fácil, en Movistar, donde interpretará a un personaje más serio. Castillo anima a ir a ver su espectáculo pues «se van a reír mucho, se van a sentir muy identificado y van a desconectar de la rutina». 

¿Cómo fueron sus inicios en el mundo del espectáculo?

Desde pequeña siempre he estado haciendo obras de teatro, siempre que había algún festival de fin de curso en el colegio estaba ahí metida. En el instituto estuve en un grupo de teatro con el que hacía bastantes trabajos. Por ellos, nos daban un fin de semana de vacaciones en algún sitio o nos regalaban perfumes o ropa. Se puede decir que esos fueron mis primeros trabajos como actriz. Años más tarde me metí por casualidad en el mundo de los monólogos. Fue un mundo que me encantó. Ahora compagino trabajos como actriz con los monólogos por toda España. 

¿Su primera oportunidad como monologuista? 

Había trabajado hace muchos años con otra cómica que se llama Maika Jurado y que estaba haciendo un curso de monólogos. Un día me lo comentó, me apunté al curso y me vino muy bien para la escritura de mis textos. Fue hace 12 años. Me presenté ese año a muchos concursos para moverme por España, conocer cómicos de otros sitios del país y, por suerte, gané bastantes premios. Enseguida empecé a tener trabajo.

¿Por qué escogió dedicarse al mundo del espectáculo?

Siempre he tenido una faceta cómica. En casa siempre estaba preparando bailes, pequeñas obras de teatro con mi hermano y me ponía a contar chistes en reuniones familiares. Además, a mí lo que más me apetecía y me llenaba era dedicarme al ámbito del espectáculo. 

¿En qué se inspira a la hora de hacer reír a la gente?

Cada vez me gusta más contar cosas que me pasan a mí en el día a día y lo que veo habitualmente. Lo que más me inspira son las cosas del día a día y las preocupaciones que tenemos todos. Cuando sales a la calle, lo que ves es lo más inspirador.  

La risa es necesaria en la época en la que vivimos

Sí, porque tenemos que desconectar y muchas veces tenemos que relativizar. Necesitamos momentos de risa y de apagar un poco la mente, de dejar de pensar porque sino te vuelves loco. Es bastante terapéutico para el público y creo que para los cómicos, hablar de nuestras cosas en un escenario, también lo es.

¿Cómo prepara su show?

La base del espectáculo es un texto que está escrito, está muy probado y muy trabajado. Y luego en todos los shows siempre hay una pequeña parte de improvisación porque el público no es el mismo en todos los sitios. A mí también me gusta hablar un poco con el público y ver lo que pasa en el momento para también bromear de eso.  

¿A la hora de hacer los monólogos se pone límites?

No me pongo límites, miro a ver lo que se me ocurre. Luego considero si es oportuno contar unos determinados temas en unos lugares u otros. Opino que no hay que poner límites porque no deja de ser humor. En la libertad del cómico está hablar de lo que él quiera y en la libertad del público está ir a ver a ese cómico o no. 

¿Con qué se queda de todos estos años dedicados al humor?

Tengo la suerte de conocer mucha gente en mi día a día, un montón de compañeros que te enriquecen como profesional y como persona. Principalmente, me quedo con todo lo vivido y aprendido porque no es un trabajo monótono. Eso al final es una gran suerte. Espero seguir haciendo cada vez más cosas y buscar nuevos retos. 

¿Alguna anécdota que le haya pasado durante todo este tiempo?

Tengo muchísimas. Me ha pasado de todo. Desde en mitad del escenario caerme y tener que actuar casi sin poder moverme a estar sentada en una silla y romper la silla o tener pedidas de mano en mitad del show. Al final, mis trabajos como monologuista y actriz cunden mucho.

Ha estado en la capital en varias ocasiones, ¿qué espera de este año?

Este año repito en OMY con muchas ganas porque me lo pasé genial y es un espacio al aire libre que está muy bien preparado. Además, tienes antes un concierto y hay zona de restauración. Animo a la gente que vengan a verme y llenen el cine al igual que hicieron el año pasado. Deben venir a ver el monólogo porque se van a reír mucho, van a desconectar, se van a quitar pesos de encima de su día a día y con total seguridad van a aprender a relativizar todos los problemas que tienen.  

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