Antonio Álamo

Antonio Álamo


Gentilicio

27/10/2022

«Para su seguridad esta conversación será grabada». Tal cual. Suele escucharse a menudo cuando alguien marca números de teléfono de determinadas empresas u organizaciones y antes de que responda el interlocutor una grabación con la frasecita de marras salta de sopetón a los oídos para advertir del procedimiento. No siempre es la misma porque, gracias a Dios –o al conocimiento de quienes la idearon, a saber-, a veces la respuesta varía ligeramente al comenzar con la preposición 'por' en lugar de 'para'. Dominio del lenguaje. También existe otra modalidad que especifica que la conversación será grabada «para mejorar la calidad del servicio»… que es una de las expresiones más gratificantes que se pueden escuchar cuando el caos se ha apoderado de un hogar merced a un imprevisto. Que el servicio mejore después no pasa de ser una ilusión efímera. Hasta ahí todo parece normal porque el país cuenta con una ley orgánica de protección de datos personales y garantía de los derechos digitales desde hace unos años y se supone que es respetada siempre, o casi siempre, aunque haya lagunas que tal vez necesitaran explicaciones claras y precisas. Una de ellas reside en la brevedad del mensaje ya que se omite la indicación de que la persona cuya conversación va a ser grabada pueda ejercer los derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición donde corresponda. Es en cierto modo una indefensión que además afecta a quien responde desde el momento en que la conversación de ambos queda a disposición de la entidad responsable. La escasa intimidad que existe en la actualidad es de nuevo erosionada, sometida en esta ocasión al arbitrio de la empresa u organización por más legítimos que sean sus fines. Queda una duda sobre el tratamiento de nuestros datos personales, eso sí, que merecería una respuesta por parte de la Administración. Sería de agradecer. Así nos ilustraríamos sobre la asombrosa capacidad de muchas empresas y organizaciones para conocer nuestros números de teléfono. Asombrosa porque carentes de vínculo comercial con ellas llaman a cualquier hora del día aquí en España. Y de forma atrabiliaria. Quizá nuestros gobernantes suponen que somos tan zarrapastrosos como los ciudadanos del Reino de Id.

ARCHIVADO EN: Lenguaje, España