Jesús Mateo Pinilla

Para bien y para mal

Jesús Mateo Pinilla


Día aciago para Feijóo

26/04/2022

Nada más llegar a la Presidencia del PP, Feijóo impone a sus miembros dos deberes: disponibilidad plena, que en realidad se venía haciendo en los puestos de cabeza, y no hablar de las luchas internas. Los trapos sucios se lavan en casa. Bien los dos.
Pero se olvidaba de que las direcciones del partido se alejan de los problemas como si fueran la peste y no los quieren resolver. Otras veces a esos líos iniciales se les insufla oxígeno desde arriba porque lo que se pretende es cargarse a alguien esperando la explosión. Los conflictos llegan tarde al comité. Pero los dos deberes no levantaron ampollas porque estaban en la cabeza de todos. 
El problema surgió el día de la toma de posesión de Mañueco como presidente de Castilla y León. Feijóo, que había denostado los acuerdos con Vox, no asiste al acto institucional, cargado de importancia para nosotros, y lo disculpa con problemas de agenda, como todas modificable. No vino porque no le dio la gana. ¿Hubiera hecho lo mismo en Galicia? Olvidaba que los actos institucionales lo son porque ostentas la representación de su esencia. 
Sin embargo, acudió presto a entrevistarse con los sindicatos. Pensó desde la excesiva tolerancia que podía limar asperezas con quien no han existido nunca, porque siempre se les respetó. Debió tener en cuenta el dicho: «Cada sardina tiene su espina» y eso no cambia. Los sindicatos son fuerzas activas de determinados partidos y obrarán como a ellos les convenga.
El tercer problema que tuvo esa aciaga jornada es que Feijóo plantea un plan anticrisis, lo que no se había hecho desde el gobierno inexplicablemente, que toma medidas paliativas a su conveniencia. El presidente del PP plantea una bajada de impuestos, lo cual es de aplaudir y a la vez recurre a las ayudas para los más vulnerables. Vulnerabilidad solo señalada en función de las rentas.
España está harta de ayudas que se adelantan desde el bolsillo de todos y tardan en devolverse, para después que el erario público las considere reseñables como ingresos.
En definitiva, su no asistencia institucional, la concepción sindical y el siempre tema de las ayudas ¿serán un problema para Feijóo?