Eran muchos los que esperaban, tras dos años de pandemia, volver a saborear el delicioso arroz que elaboran desde hace casi medio siglo en Olleros de Pisuerga, y esas ganas las demostraron ayer los vecinos de la comarca que acudieron hasta la campa anexa a la iglesia rupestre de la pedanía aguilarense para probar una de las 1.500 raciones que se prepararon. Gran alegría en Olleros y en la comarca por poder celebrar de nuevo uno de los eventos gastronómicos que más gusta en la zona y que atrae a un gran número de turistas hasta la pequeña localidad, de 52 habitantes empadronados, «con varios niños y solo dos mayores de 80 años», como reconocía a este periódico el primer edil pedáneo de la localidad, David Díez Martín. De hecho, está declarado como fiesta de interés turístico Regional desde 1993. La novedad de este año estribó en le hecho de cambio de ubicación de la cocina improvisada con leña hasta el pilón de la fuente por petición de la Junta en su afán de prevenir los incendios forestales que tanto se han prodigado este verano en el territorio regional. 

«Hemos contado con el apoyo de una tanqueta antiincendios y una cuadrilla de brigadistas para prevenir cualquier contratiempo», apuntó David Díez. La Diputación ha sufragado para el evento 4.700 euros, además del que brinda el Ayuntamiento de Aguilar a la Junta Vecinal de Olleros y la Asociación de la Gran Paella Ollerense, organizadores del evento. Pero esta tradicional fiesta gastronómica norteña también contó con más actividades lúdicas, como la V Carrera Popular Gran Paella Ollerense, pasacalles; deportes como tiro con arco y la actuación del grupo de jotas Acerbahe; además de las actuaciones anunciadas de Miguel Cadavieco y Luis Joyra (mago), y el grupo de Panderetas de La Montaña.