Los bomberos, con un plan contraincendios en la catedral

ALBERTO ABASCAL
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El protocolo elaborado por el parque municipal considera que la seo dispone de una gran cantidad de elementos «fácilmente inflamables» y existe «una complejidad» de acceso a las estancias interiores

Los bomberos, con un plan contraincendios en la catedral - Foto: Óscar Navarro

La Junta de Castilla y León anunció esta semana que revisará los protocolos de gestión establecidos en todas las catedrales y grandes monumentos de la Comunidad con el fin de intentar evitar incidentes como el registrado en la catedral de Notre Dame, además de que se urgirá a los titulares de estos bienes a que se disponga cuanto antes de planes de emergencia para hacer frente a cualquier tipo de incidencia. Bajo este prisma, el responsable del parque municipal de bomberos, Jorge Toral, explicó ayer a Diario Palentino y a pie de la catedral de San Antolín, que casualmente se encuentra en plenas obras, que existe un protocolo de actuación elaborado por el propio parque y que fue actualizado en mayo de 2017 en caso de que se produzca un siniestro en la seo.

En dicho protocolo de actuación, al que ha tenido acceso este periódico, se describe que este edificio histórico cuenta con una estructura portante de cubierta de madera, «sin tratamiento ignífugo». Hay que recordar que la ignifugación es el tratamiento de un material base con la finalidad de mejorar sus condiciones de reacción frente al fuego, teniendo en cuenta que en el recinto hay forjados de estructura material, bóvedas, arcos y escaleras. Asimismo, el templo no está sectorializado, lo que implica que en el caso de que se produzca un incendio de las características de Notre Dame, sería muy complicado su extinción. En otro orden de cosas, la catedral posee una acometida de gas que se utiliza a través de las calderas generales. De hecho, el acceso a la llave de acometida se encuentra en la plaza de la Inmaculada, justo por donde está ubicada la escuela-taller. Mientras tanto, la general de la alimentación eléctrica se encuentra situada en la sacristía, dentro del propio recinto religioso. Además, posee varios cuadros eléctricos más para poder realizar un corte parcial en distintas estancias y recorridos cuando fuera necesario.

A grandes rasgos, el informe elaborado por el parque de bomberos considera que la catedral de San Antolín es un edificio de grandes proporciones, que dispone de una gran cantidad de elementos «fácilmente inflamables (textiles, madera o barnices)». Además, existe una complejidad de acceso a las estancias interiores, con efecto laberíntico, así como una dificultad para el tendido de las mangueras y largas distancias. 

Los bomberos también detallan en su protocolo de actuación en caso de producirse un siniestro en la catedral que el recinto histórico tiene cinco puertas de acceso, más una entrada por la cubierta accesible desde la plaza de la Inmaculada. Además, cuenta con una entrada a la zona de talleres y cuarto de calderas a través de un edificio anexo. La llegada rápida de los profesionales del parque se llevaría a cabo a través de la avenida de Castilla, Silvino Sierra, plaza Cervantes, calle Hospital y, finalmente, plaza de la Inmaculada. 

El acceso al agua se llevaría a cabo a través de dos hidrantes y, en última instancia, a través del río Carrión. «Tenemos dos hidrantes, que además de ser pocos deberían estar mejor ubicados», explica al respecto Jorge Toral, quien, por otro lado, mantiene que sería necesario sectorializar el edificio «para poder trabajar con más eficacia en caso necesario». Tampoco cabe duda de que en el caso de declararse un incendio de las características de Notre Dame los bomberos de Palencia  necesitarían del apoyo de efectivos de Valladolid y de los distintos parques de voluntarios existentes en la provincia a cargo de la Diputación Provincial.

 Casualidades de la vida, la catedral de Palencia se encuentra inmersa actualmente en obras con el propósito de presentar su mejor cara en 2021 cuando cumpla su octavo centenario

Las actuaciones que se están ejecutando en la seo, con un presupuesto de 2,3 millones de euros (el 60% está financiado con cargo al 1,5% Cultural, mientras que el porcentaje restante lo aportarán la Junta, el Ayuntamiento de Palencia y la Diócesis) tienen, en principio, 16 meses de duración.

El delegado diocesano de Patrimonio, José Luis Calvo, anunció públicamente hace un mes que durante el presente año  concluirá la intervención en las bóvedas. Tras los trabajos que se han llevado a cabo en la nave del Evangelio, actualmente se están impulsando las reformas en varias capillas laterales, la girola y la capilla del Santísimo.

En un plazo aproximado de dos meses, se iniciarán las obras en la bóveda del altar mayor y también en el crucero mayor del templo catedralicio. Se trata de una intervención muy amplia que ofrecerá una imagen remozada y mucho más cuidada de la catedral.

«Las obras que se llevan a cabo en la seo no tienen nada que ver con  las que se acometen en Notre Dame, pero, ante todo, hay que recordar siempre que el riesgo cero no existe», apuntaba a este respecto al arquitecto de la Diócesis, Florentino  Díez Sacristán, quien recuerda que cualquier actuación en un edificio de estas características tiene que contar con la aprobación de Patrimonio. «Toda actuación además requiere un plan de seguridad con un propósito que es muy lógico: minimizar los riesgos, tanto para el personal como para el conjunto artístico. Pero como digo, no existe un riesgo cero porque seguro que Notre Dame también tendría su propio plan y mira lo que ha pasado. Lo que está claro es que echar agua con un hidroavión por encima de la catedral parisina como proponía, por ejemplo, Donald Trump, lo único que se hubiera conseguido era haber acrecentando de manera mayúscula los daños», apunta Díez Sacristán.

Dentro del protocolo de seguridad, que estaría complementado con el plan de actuación del parque de bomberos en el caso de que se produzca un siniestro, «hay que garantizar primero la evacuación de personas y luego los elementos monumentales inventariados. En este tipo de casos lo fundamental es una detención rápida del problema para poder actuar de la manera más eficiente y diligente posible», según expone el arquitecto de la Diócesis, quien recuerda que en cuanto a seguridad, por un lado están los protocolos a seguir, según la normativa vigente cuando se trata de acometer obras, y, por otro lado, los protocolos por el uso habitual de este edificio histórico, atendiendo primero a las personas y luego al conjunto de bienes patrimoniales.

Por lo demás, el deán de la catedral, Ángel de la Torre, cede el protagonismo de la seguridad del recinto catedralicio a los auténticos profesionales. 

«Ahora mismo vamos a acometer con Iberdrola el cambio del sistema eléctrico, así como la instalación de un buen número de cámaras de seguridad (ahora solo están instaladas tres o cuatro) cuyas imágenes se podrán conectar a los smartphones para poder comprobar en todo momento tanto las visitas como el estado de todo el recinto catedralicio», explicó De la Torre, quien en materia de incendios apunta que «hay un extintor en cada sala» de la catedral.

Ángel de la Torre explicó a Diario Palentino que en la mayoría de las ocasiones los desastres se inician por la mano del hombre, pero también por culpa de los agentes externos, que también hacen de las suyas: «Llevamos cerca de un año sin poder disponer de nuestras campanas porque una tormenta averió el sistema eléctrico de su mecanismo. Hemos tenido dificultades para encontrar una empresa que pueda acometer su arreglo, que está presupuestado en 50.000 euros». De hecho, espera que este asunto esté resuelto en breve.

Un ejemplo ilustrativo de lo que la meteorología también puede desencadenar en un recinto histórico podría ubicarse entre junio y septiembre de 2006 cuando la capilla de La Soledad, ubicada junto a la iglesia de San Francisco, sufrió  dos serios percances que ocasionaron daños muy importantes. 

El 9 de junio de aquel año cayó un rayo que provocó daños en una parte del tejado, por lo que tuvo que ser derribada la teja y la madera quemada para evitar un derrumbamiento de la cubierta y el 4 de septiembre un incendio volvió a dañar la estructura de madera que estaba siendo reparada de los desperfectos del rayo.

La Junta de Castilla y León asumió entonces los costes de la reparación de los daños ocasionados por el rayo. 

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