Pasión por el motor

Sara Borondo
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La serie de Polyphony Digital cumple 25 años con una experiencia de conducción impecable

En menos de un mes -y a principios de año- han salido a la venta tres juegos que podrían encabezar la lista de los mejores juegos de 2022 y, quizás, de lo que llevamos de esta generación de consolas. A un ritmo que no da tiempo ni a respirar, tras Horizon Forbidden West y Elden Ring llega Gran Turismo 7 con los motores rugiendo.

Si el primer Gran Turismo rompió moldes en la primera PlayStation, 25 años después esta entrega en PlayStation 4 y PlayStation 5 cumple con creces todo lo que cabría pedirle a un juego de coches. Sabido es el perfeccionismo del director de Polyphony Digital y piloto de carreras profesional, Kazunori Yamauchi, porque Gran Turismo haga sentir al jugador que está viendo y compitiendo con coches reales.

La séptima entrega es más que ninguna una celebración de la cultura del mundo de la conducción: la reproducción visual y sonora de los vehículos más fiel a la realidad, la ingeniería que hay debajo del capó, el diseño de libreas, la competición contra otros jugadores humanos… Todo está en GT7 con una calidad intachable que se percibe ya desde la larga y emotiva intro que recorre la historia del automóvil y la evolución científica de la Humanidad desde la creación de los primeros vehículos a motor a la automatización de la fabricación actual y una muestra de cómo se ven las competiciones en el juego.

El Gran Turismo Café es el punto de encuentro del modo historia; con cada victoria llegan premios en metálico y el acceso a nuevos modelos de vehículos; hay 34 pistas (entre ellas están algunas clásicas en la serie como Trial Mountain o Deep Forest) con 97 recorridos y más de 400 coches desde 1929 hasta la actualidad. Cuando se consigue uno nuevo se puede conocer a fondo su historia.

Además de la fidelidad gráfica (para la época) que Polyphony consiguió con el primer Gran Turismo, quienes lo jugaron recuerdan todas las posibilidades de modificaciones del motor del juego, que en la séptima entrega numerada incluye 60 piezas de tuning. El exterior del coche también se puede personalizar con más de 650 piezas aerodinámicas, más de 130 neumáticos y 1200 colores de pintura. Toda la mecánica y la carrocería son personalizables.

No falta la escuela de conducción para conseguir los carnets necesarios para participar en algunos de los campeonatos y así ir mejorando en la técnica para competir. GT7 está disponible en PS4 y PS5, y en esta última, además de la falta de tiempos de carga, lo que marca la diferencia es -una vez mas-, el DualSense; si los neumáticos se bloquean o derrapan se percibe en distintas vibraciones y la aceleración y el frenado se sienten en los gatillos. El mando es, tal vez por primera vez, una opción tan válida de periférico como tener un volante. Eso sí, como es habitual en la serie, el realismo visual se termina cuando se trata de mostrar los daños por colisiones.

El multijugador se compone de varios modos como Sport, que premia la habilidad con el mando y la conducción limpia, además de un modo para crear carreras personalizadas y otro a pantalla partida en modo local.

Tomar fotos es casi una necesidad con GT7. Scapes es una herramienta para colocar el coche en más de 2500 escenarios con HDR y distintos efectos y el modo Foto se utiliza para realizar una instantánea durante la carrera.

Gran Turismo 7 consigue el equilibrio entre varios componentes que tienen una calidad altísima de forma individual, de forma que el conjunto es un trabajo elegante, refinado y que transmite un inmenso cariño por las carreras de coches.

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