Editorial

Una reforma urbanística que no encuentra respuesta

Diario Palentino
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Empieza a ser preocupante que cueste tanto acabar una remodelación para la que hay fondos

Cuando un proyecto urbanístico o constructivo se demora en el tiempo, precisa cambios sobre el papel, exige modificaciones de crédito, genera denuncias o se topa con adversidades de todo tipo, desde las meteorológicas a las estructurales, pasando por las arqueológicas, las políticas y las sociales, se dice que es la obra del Escorial y, aunque la segunda fase de la remodelación de Los Jardinillos no ha llegado a esos extremos, parece encaminarse hacia ellos, a juzgar por el nulo éxito cosechado entre las empresas que podrían acometerla. La actual legislatura ha entrado en su recta final y no parece que el actual equipo que gobierna el Ayuntamiento vaya a inaugurarla ni a poder presumir de su resultado. No sabemos si ese nulo interés obedece a su dificultad, a su coste, a los problemas de desabastecimiento de materiales que se vienen dando a raíz de la guerra en Ucrania, incluso antes con la pandemia del coronavirus, o a que las constructoras andan sobradas de encargos. Lo cierto es que, por una u otra causa, tanto en mayo como en septiembre del pasado año el concurso quedó desierto. 

 Así las cosas, PP y Cs han decidido introducir cambios, a mayores de los que ya habían incluido con anterioridad, para intentar que resulte atractivo y encuentre licitadores. El principal es que esa segunda fase se divide en dos y concentra sus esfuerzos y su presupuesto de 1,8 millones de euros en la conexión del parque con la calle Mayor, dejando para una futura ocasión la rehabilitación de la zona ajardinada de la bolera. Lo que saldrá nuevamente a concurso, y van tres, es la unificación de todos los pavimentos en una misma cota creando una plataforma compartida por vehículos y peatones, desplazamiento de la glorieta y la parada de autobús para ensanchar la acera e instalación de mobiliario urbano. De lo que se trata de algún modo es de conectar el parque, que no hay que olvidar que es el acceso a la ciudad por tren y autobús, con la principal vía urbana, acabando con cierto divorcio entre uno y otra. Los ediles confían en que esta vez sí puede completarse la materialización de un proyecto integral que ya atesora cuatro años.

Tampoco la primera fase estuvo carente de polémica, sobre todo en lo concerniente a la tala de una serie de árboles, y hoy es el día en que siguen oyéndose críticas por la eliminación de masa vegetal o por el exceso de hormigón, que a juicio de muchos han desvirtuado el espíritu del parque, aunque para otros es positivo que haya ganado en espacios diáfanos y en claridad estructural. 

No llega a ser un proyecto escurialense y ni siquiera roza el despropósito del palacio de congresos y exposiciones, que más parece un futurible que una realidad concreta, pero empieza a ser preocupante que cueste tanto acabar una remodelación para la que hay fondos.