Sin querer, viendo el espectáculo de ayer de dos equipos con mucha historia, la memoria nos llevó a viejos y gloriosos tiempos del CDGuardo en sus siete temporadas en la Tercera División, de los derbis mineros ante el Velilla, del partido de la Copa del Rey ante el Valladolid, dos años después de inaugurarse la ahora remodelada Camareta.  

Viejos tiempos que nunca mueren, recuerdos imborrables que se conservan en la tripas del estadio y que perduran gracias al Guardense, fundado tras la desaparición del Guardo por uno de los históricos del club blanquiazul, el añorado Luis Payo. 

La Camareta volverá a ser el estadio del club norteño tras las obras que obligaron a sus equipos (entre ellos el novedoso femenino) a tener que jugar enLa Estación. El césped es magnífico, pero es evidente que sufrirá con el duro invierno guardense. Quizás, es una opinión, hubiese sido más rentable haberlo reconvertido en hierba artificial. En uno de los fondos se plantea crear un campo de fútbol-7. La Camareta reflejó una gran entrada, con la tribuna prácticamente llena. Unos 2.000 espectadores, entre ellos un grupo de animosos seguidores racinguistas (alguno de ellos, demasiado animoso).

En cuanto al partido en sí, fue un bodrio. Algo lógico en una pretemporada, pero aún así se esperaba más. Sin ritmo de juego, con pocas ocasiones. Ninguno de los dos hizo mérito alguno para ganar y ninguno mereció perder, así que empate merecido. Tanto, que ni siquiera tiraron penaltis para determinar el ganador de un soso partido.

Defraudó un tanto el Racing, recién ascendido a Segunda A tras casi pasearse en un grupo de la Primera RFEF en el que estaba la Cultu. Los cántabros llevan desde el día 6 de pretemporada y era su tercer partido. Los leoneses, seis días y debutaban. Por el Racing destacó Alfon y por la Cultu el ruso Obolskii.