Con la llegada de la primavera revivimos puntualmente dos acontecimientos que aportan su particular dosis de belleza a nuestras vidas: la naturaleza florece esplendorosamente y hace renacer en nosotros la fuerza indestructible de la vida que se renueva en su eterno retorno. Los aficionados a los toros reviven su ilusión ante los carteles anunciadores de las corridas que van a celebrarse en la temporada que se inicia. Mucho se ha denostado al aficionado a la fiesta. Insultos infamantes que son la clara expresión del odio a la libertad de quienes los profieren. Creo que esta actitud liberticida y fanática ha despertado la indignación de muchos y ha conseguido fomentar la curiosidad y, en muchos casos, la afición de aquellos que nunca habían asistido a una corrida de toros. En la brillantísima nómina de toreros que están en activo, hay uno que se ha convertido en una auténtica leyenda : el madrileño José Tomás. Basta pronunciar su nombre para que se agolpe en nuestra imaginación un torrente de sensaciones de un dramatismo y una espectacularidad arrolladores. A ello contribuye la estricta dosificación de sus apariciones en los ruedos y la oportunidad con que lo hace. Baste recordar aquella inolvidable tarde en la Monumental de Barcelona en la que quedó abolida la libertad de elección de los ciudadanos al prohibirse la celebración del espectáculo taurino. Fue, si no recuerdo mal, la tarde del 24 de septiembre de 2011. Hace ya más de diez años. El protagonista indiscutible fue José Tomás que toreó gloriosamente como un modo de protestar, con la sabiduría que le adorna, por una arbitraria y sectaria prohibición adoptada por los separatistas catalanes.  José Tomás acaba de anunciar que toreará cuatro toros en la plaza de Jaén en el próximo junio. La última vez que los aficionados pudieron disfrutar de su arte fue en junio de 2019, en Granada. La pandemia ha producido graves daños en todos los espectáculos públicos y la fiesta de los toros sufrió grandes pérdidas, pero esta primavera recién comenzada nos ofrece una sucesión  de espectáculos de altísimo nivel en todos los órdenes. Los taurófilos tendrán ocasión de disfrutar libremente del arte de sus ídolos. Como debe ser.