Nos llegan noticias de una nueva reforma educativa que propone pasar de curso con dos asignaturas pendientes. La Nueva Pedagogía (anarquista y progresista) vuelve a hacer de las suyas; se trata de igualar mediante el rasero de la ignorancia y la incultura. Se trata de una enseñanza obligatoria, donde lo que no es obligatorio es estudiar. Pero no se preocupen, los niveles están tan bajos que posiblemente no pueden bajar más, y de este modo, la estupidez zoológica está garantizada. ¿Qué podemos esperar de unos políticos que en su gran mayoría han sido malos estudiantes? (Se hacen excepciones). En el fondo estas reformas son una autodefensa de estos mediocres contra aquellos que si estuvieran bien formados les podrían deslucir. (Véase Cayetana Álvarez de Toledo)        
 A la Sra. Celaá se le podrían hacer unas cuantas observaciones muy básicas. La primera, que sin una pedagogía del esfuerzo y el orden académico, los resultados bajan y aumenta el fracaso escolar. Esto es obvio cuando se revisa el sistema educativo de Corea, Japón… Por tanto, no sólo es cuestión de dinero. La segunda, debemos intentar tener profesores bien formados, como en Finlandia, que preparen las clases y que se mantengan al día en sus materias, pero no se les debe quitar la autoridad. Además se debe eliminar burocracia, pues estamos dando vueltas a una rotonda y no encontramos la salida, mucha programación y poco contenido. Es como si programas las etapas del camino de Santiago y no sabes dónde vas, porque no sabes dónde está Santiago. Por último, los padres deben acompañar el proceso educativo desde fuera, pero no pueden delegar algo que va a determinar el futuro de sus hijos, como es su formación y aprendizaje. Deben comprometerse a organizar mediante normas concretas  la vida familiar y el estudio.
A los políticos hay que hacerles caer en la cuenta de que el aprendizaje exige esfuerzo continuo, a la vez que decisiones y compromisos a favor de la excelencia. Las naciones punteras son las que tienen sistemas educativos punteros. Lo que no funciona son los igualitarismos que llevan al fracaso escolar  creando más desigualdad, y a resultados inaceptables cuando comparamos los resultados y el presupuesto educativo a través de los informes PISA.