"Como a los espectadores me sorprendió el giro argumental"

Juana Samanes
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El intérprete, que últimamente se prodiga más en series televisivas que en el cine, es una persona muy amable y cercana en el cara a cara

"Como a los espectadores me sorprendió el giro argumental" - Foto: J. J. Guillén

Enamorado de su profesión, sea en cine, teatro o televisión, el actor Daniel Grao estudia sus papeles a fondo para darles la intensidad que requieren. Así lo ha hecho encarnando a un padre de familia en La casa entre los cactus, un largometraje que a pocos dejará indiferentes. 

Le reconozco que la película me ha inquietado. No sé si a usted le ocurrió lo mismo cuando leyó el guion.

Sí, de hecho, por eso acepté el papel. Yo viví la misma experiencia como lector que la que siente el espectador. Realmente, no la vi venir, pero el giro argumental que da me hizo desear trabajar en ella. Luego tuve dudas con ese primer guion, que posteriormente sufrió modificaciones, y lo que quise fue conocer a la directora, que solo tiene 25 años. Era su primera película. Fui a cenar con Carlota González-Adrio y me acabó de confirmar que yo quería estar en la historia. La simbiosis te atrapa en forma de thriller con las lecturas que puedes hacer de esa familia aparentemente perfecta. 

En el eje de toda la trama gira la idea de que muchas personas no son lo que parecen. Supongo que meterse de lleno en un personaje con tantos recovecos fue apasionante.

Cada proyecto interpretativo tiene unas necesidades diferentes. Mi necesidad en esta ocasión era hacer pie y, para ello, necesitaba crear un background de este personaje: cómo ha sido criado, cómo ha conocido a su mujer... El reto en esta ocasión fueron los momentos de perfil bajo de este tipo que vive aislado con su familia, esos instantes reconcentrado. Un hombre aparentemente tranquilo, pero que puede eclosionar en cualquier momento. 

Es el primer filme de González-Adrio y tras contemplarlo, dan ganas de decir: «Sigan a esta chica». ¿Le sorprendió que una joven se atreviese con una cinta en la que los silencios dicen más que las palabras?

Sí, tuve la incertidumbre sobre Carlota hasta que la conocí. Tiene una suma de delicadeza, cariño y empatía con los actores al mismo tiempo que una fortaleza férrea con lo que quiere. Es muy intuitiva e inteligente y sabe mucho de cine a pesar de su juventud. Yo resaltaría su valentía porque es su primera película y ha sido capaz de sacarla adelante como ella quería. 

Ha trabajado con un grupo de niñas, algunas muy pequeñas, como las que interpretan a las hijas menores de la familia, las gemelas. ¿Cómo podría calificar esta experiencia?

Estar rodando fuera de casa, en Gran Canaria, también nos sirvió para salir más juntos a comer o cenar. Lo que buscamos de las pequeñas (Anna y Carla Ruiz) es que tuviesen confianza con nosotros, porque al interpretar al padre las tienes que coger en brazos, etcétera. Y la verdad es fue muy fácil trabajar con ellas. 

El rodaje fue en Canarias, en uno de esos parajes tan bellos como inhóspitos. ¿Cómo se desarrolló?

Canarias no deja de sorprenderme, yo he ido varias veces a rodar, pero donde hemos filmado exteriores: el Barranco de las Madres es increíble y la casa es la antigua Casa de aguas. Ayudó mucho que no hubiera decorados interiores, se rodó dentro de la casa, y que el paraje fuera por un lado tan bucólico y por otro tan inquietante. Al final éramos esa gente en ese lugar todos los días.