Talento y pasión son dos cualidades que ha demostrado con creces Alfredo Martín. Este escultor palentino, conocido popularmente con el apodo cariñoso de Chis, lleva más de ocho años compaginando su trabajo de mecánico industrial con su gran afición: la talla en madera y la escultura en hierro recuperado. 

Y es que, ya es conocido en la provincia por sus apariciones en Expo-Aire, de hecho, en la última edición presentó su ya famosa obra El chiguito corito se escolinga por el arambol. 

Sin duda alguna, su pasión por la escultura le ha llevado muy lejos y, aunque comenzó tarde con esta disciplina artística, su capacidad para dar vida a cada pieza de madera es un gran aval de su buen hacer. De hecho, se adentró en este mundo a raíz de su participación «en un curso de Muriel, impartido por Teo Calvo», explica Alfredo Martín. Y, aunque con anterioridad había hecho algo de restauración, «me enganchó del todo el curso de talla en madera», añade. 

Compaginar su trabajo con su peculiar hobby no es una tarea sencilla, pues ambas requieren gran esfuerzo. Sin embargo, Alfredo Martín es capaz de realizar entre cuatro y seis obras al año. Lo más destacado es que «en cada pieza que hago pongo todo el cariño», aclara el escultor, por lo que el resultado acaba siendo espectacular. 

Para sacar adelante cada obra Chis se sumerge en su trabajo en los ratos libres y, aunque asegura que no le lleva mucho tiempo, puede «tardar unas 80 horas» para terminar alguno de sus trabajos. De hecho, «mi producción es relativamente pequeña por lo que a cada pieza le doy el tiempo que necesita», aclara.

Son ya muchos años los que lleva dando forma a la madera y al hierro, de ahí que sean numerosas las piezas creadas, casi siempre por encargo. 

Cada una de ellas recibe parte de su esencia, volcada junto a su cariño para dar lo mejor de sí mismo, por eso le es más sencillo desprenderse de las obras que desea regalar a sus conocidos, pues «es un trabajo aún más personal», sentencia. No obstante, Martín reconoce que siente predilección por una de ellas: el bajorrelieve de Joaquín Sabina, una pieza a la que tiene especial afecto por su devoción al cantautor. 

Y es que, Alfredo Martín ha logrado hacerse un hueco entre los escultores más conocidos de la provincia gracias a la originalidad de sus trabajos, donde no faltan los detalles. Su inspiración nace de la gran cantidad de dibujos que realiza, unida a su gusto por lo abstracto, así como por el pasado, pues tiene la intención de que no sea olvidado, algo que ha logrado plasmar en el paquete de tabaco de Celtas.

Panes, una maroma, un portalibros, un mechero, un caracol o un paraguas son algunos de los objetos cotidianos que nos encontramos en su amplia colección de esculturas. Obras a las que podemos añadir su último trabajo: «un saltamontes de hierro de tres metros», afirma. 

Durante estos más de ocho años, las apariciones del escultor en exposiciones colectivas e individuales no han cesado. Además de participar en Expo-Aire en siete ocasiones consecutivas, Chis también ha tenido la suerte de mostrar sus obras en Guardo, Palencia, Cervera de Pisuerga, Becerril de Campos, Villalcázar de Sirga y Ampudia. Aunque también ha logrado traspasar las fronteras provinciales con sus muestras en Cádiz, Jaén, Cantabria, Aragón y Valladolid; incluso las nacionales, pues en 2019 tuvo la suerte de exponer de forma colectiva en Portugal. 

Y, gracias a Internet, los interesados pueden satisfacer su curiosidad y observar muchos de esos trabajos accediendo a su blog (alfredomartinchis.blogspot.com), donde no solo hay imágenes de sus magníficas piezas, sino también de donde se han desarrollado sus exposiciones. También se le pueden encargar obras escribiendo un correo electrónico a la dirección alfmar69@gmail.com o llamando al teléfono 600 22 60 17.