Julio César Izquierdo

Campos de Tierra

Julio César Izquierdo


Neveros

04/03/2023

Blancos, refrigerantes, helados, incluso astutos. Tan suyos como arcaicos, antesala de frigoríficos que no sospechaban que pudieran congelar al calor de una cocina, enchufados a la corriente y escondiendo en su interior nuestras necesidades gastronómicas. A veces, también, remanso de yogures colgados de fecha y limones que buscan ser jugo. Todo tiene un ayer cargado de lógica evolutiva. Lo dice Tiburcio, que cuando se pone a cavilar se queda solo. Eso sí, cuando lo relata suele estar acompañado. Porque actualmente, sin saber muy bien el motivo, se ha visto reconvertido en un gurú que habla de lo que nos trajo hasta aquí, a la rabiosa actualidad. Y muchos se han dado cuenta que entender el pretérito es muy útil para abordar lo contemporáneo y afrontar el futuro. Lamentablemente, como opinaba en el foro de la plaza, quienes tienen la responsabilidad de hacernos la vida más agradable, se dedican a entretenerse en el «y tú más», mientras dejamos pasar las oportunidades por delante de las narices propias y ajenas. Se han olvidado de que, lo de respirar, es cosa de todos y que alentar va más allá del aliento y el inspirar. Ojo, que una mala combustión de ideas se puede volatizar en monóxido de carbono y adiós muy buenas. Fíjate, que con una palabra es capaz de arrancar un monólogo que deja en éxtasis al más letrado. No lo digo yo, se lo escuchaba a un señor de Málaga que, por lo que sea, se veía reflejado en sus disquisiciones. «Es que tengo una casa en el pueblo de al lado y he venido a pasar unos días. Me gusta el fresco castellano». Ya ven, nuestro protagonista anda mirando el calendario por ver qué fechas tiene libres. Anda muy solicitado en charlas alternativas que promueven colectivos de todo calibre, espesor y gloria. Casi siempre minoritarios, pero que cuentan con el respaldo de muchos. Deben ser la otra España Rural de Interior, nombre que desconozco si está registrado como marca. Tiempo al tiempo. Y sus prédicas parecen propias de experto en autoayuda o como se llamen. El caso es que va, lo suelta a su estilo, borda los silencios y deja en los auditorios un halo de «si lo único que hago es decir lo que siempre se dijo, muchos piensan y nadie se atreve a mencionar». Acaba confesando: es de broma. Sea.

ARCHIVADO EN: Gastronomía, Málaga