La sequía y el calor merman un 34% la cosecha de cereal

SPC
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El valor estimado de la producción crece un 17 por ciento respecto a 2021 por los precios récord por la guerra

El consejero de Agricultura, Gerardo Dueñas, junto a una cosechadora antes de la presentación de los datos de producción de cereales. - Foto: Nacho Valverde (Ical)

Las previsiones se han cumplido y la cosecha de cereal de invierno de la Comunidad desciende un 34 por ciento respecto al año pasado, con cinco millones de toneladas.La sequía y las altas temperaturas han provocado esta merma en una campaña que ha arrancado con muy buenos precios por la guerra de Ucrania y cuyo valor estimado de la producción asciende a 1.700 millones de euros, un 17 por ciento más que el año pasado, pero en la que también influye el incremento de los costes de los insumos principales.

El consejero de Agricultura y Ganadería, Gerardo Dueñas, sostuvo ayer que la cosecha de cereales de invierno en Castilla y León de este año ha sido «irregular y mala» tanto en la producción como en calidad, ya que «el peso específico es peor que el año anterior». La producción en Castilla y León desciende un 20 por ciento menos que la media de los últimos cinco años, que está en 6,3 millones.

Gerardo Dueñas, que presentó los datos en Valverde del Majano (Segovia) acompañado de los responsables autonómicos de la organizaciones agrarias profesionales, sostuvo que la cosecha prácticamente está en estado muy avanzado o finalizada en la zona sur de la Comunidad, en las provincias de Ávila, Salamanca, Segovia y Valladolid. La provincia de mayor producción es Burgos (1,2 millones de toneladas), seguida de Palencia (956.000 toneladas) y Valladolid (905.000 toneladas). El conjunto de las tres provincias producen el 50 ciento del cereal de la Comunidad.

La meteorología adversa, ausencia de lluvias y altas temperaturas son las razones que provocaron el asurado del grano y una cosecha un 20 por ciento inferior a la media de los últimos cinco años. El consejero también destacó que Castilla y León sigue siendo «el granero de España».

Meses más secos.

Dueñas argumentó que, a nivel climático, entre octubre a febrero, fueron «meses más secos de la cuenta», que provocó «cierto retraso en el cereal». En marzo, cayó el doble de la media de lluvia, con un abril «relativamente normal salvo los periodos de heladas, especialmente el día 6 que provocaron problemas en cultivos como el almendro, la remolacha o la colza». En cuanto a los dos meses claves, mayo fue «tremendamente seco y asurado de buena parte del cereal y junio, mucho calor y lluvias irregulares», lo que ha supuesto «una cosecha irregular y mala».

En cuanto a la superficie, se cultivó 1,84 millones de hectáreas, un cuatro por ciento menos que el año pasado, y un dos por ciento inferior a la media de los cinco últimos. En esta superficie ya está descontada la superficie media que se siega para forraje, que en estos momentos se prevé en unas 75.000 hectáreas principalmente distribuidas en las provincias de Salamanca y Zamora. «Hay que destacar que el trigo ha quitado terreno a la cebada y los cereales minoritarios como el centeno o la avena, con 150.000 hectáreas a favor del trigo», dijo.

El rendimiento medio esperado es de 2.700 kilos por hectárea, un 19 por ciento inferior a la media de los últimos cinco años. Por especies, el rendimiento esperado del trigo es de 2.815 kilos por hectárea; un 21 por ciento inferior a la media, y el de la cebada 2.870 kilos por hectárea, un 14 inferior de la media. En avena se esperan 1.906 kilos por hectárea, en centeno 1.795 y en triticale 2.081, todos ellos también por debajo de la media. Dueñas indicó que, aunque aparentemente el valor mayor de la producción es superior debido a los precios actuales, no se debe olvidar el incremento de los costes.