Héroes sin capa de nuevos tiempos

Sergio Borja
-

Los alumnos del colegio Nuestra Señora de la Providencia han estado de convivencia, pero en sus clases, de una forma diferente debido a la situación actual del coronavirus

Héroes sin capa de nuevos tiempos

Todos los alumnos del colegio Nuestra Señora de la Providencia de la capital han comenzado el nuevo curso escolar convertidos en héroes de nuevos tiempos. Seis meses sin estar en el centro educativo y sin convivir con sus compañeros y profesores, han dado paso a un inicio de curso único. Las aulas de Educación Infantil, Educación Primaria y Educación Secundaria han celebrado unas jornadas de convivencia diferentes por los tiempos de coronavirus. «La pandemia ha hecho de nuestras aulas lugares de reunión y convivencia de nuestros alumnos con un protocolo sanitario hecho para proteger a la comunidad educativa», explica María Teresa Sardón, profesora del centro. 

«Los alumnos van a tener que aprender a relacionarse de manera diferente con los demás y con los espacios del colegio», expresa. «Sus mochilas cargadas de libros nuevos, de materiales impecables y de emociones, han obligado a reinventar la forma de saludarse, de acercarse y de jugar», revela. 

Los reencuentros en las clases han obligado a realizar diversas dinámicas para que los alumnos refuercen el sentido de pertenencia a la comunidad educativa del colegio y para fortalecer los vínculos de amistad y compañerismo. «Las aulas de cada nivel educativo han realizado diferentes actividades para evitar así el contacto innecesario con otros alumnos», explica Sardón. «Se han facilitado mecanismos de gestión y de aceptación de la nueva realidad: a tener esperanza ante la incertidumbre, a tener seguridad ante el miedo y serenidad ante la angustia; la paciencia, la calma y la tranquilidad son nuestras herramientas», señala la profesora del centro.

Los alumnos de Educación Infantil han tenido la misión más difícil de todas: dar felicidad a todos los alumnos del colegio. «Los más pequeños del centro se han convertido en superhéroes con poderes especiales: alegrar a los demás con la sonrisa, pedir las cosas por favor y dar las gracias cuando les da algo; viajar por el mundo con la súper imaginación; aprender cada día cosas nuevas con el súper cerebro; esperar con tranquilidad en la fila con la súper paciencia y otras muchas cosas más», subraya la docente. «Son iniciativas que hacemos para que los más pequeños del centro puedan pasárselo bien también», expone Sardón.

En definitiva, han disfrutado todos y cada uno de los alumnos. «Otros niños de los mismos cursos y, más mayores, han trabajado los valores de la diversidad e igualdad, y han creado una obra conjunta, donde el respeto ha sido el protagonista con las aportaciones de costumbres y vivencias personales de los integrantes de cada grupo durante la pandemia. Han expuesto su propia perspectiva del encerramiento», expone la profesora.

Diferencias. El año pasado las convivencias en el mismo centro fueron totalmente diferentes. Las aulas del colegio pudieron salir a la calle, sin estar separadas por clases y realizaron varias actividades al aire libre y fuera de la capital.

Un curso de Primaria se fue a ver un parque eólico, otro un museo de tallas, otro a ver espacios de interior y varios grupos de Secundaria estuvieron de excursión a la Montaña Palentina para «disfrutar de la naturaleza de la mejor manera posible», concluye Sardón.