Misioneros sin fronteras

Lucía Toribio
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Un total de 277 predicadores palentinos, tanto hombres como mujeres, dejaron su hogar y sus familias para ayudaral prójimo en 38 países del mundo. América es el continente que más ayuda recibe, seguido de Europa, Asia y África

Los misioneros junto con el obispo se preparan para la oración. - Foto: Marcos Lumbreras

Ayer tuvo lugar el habitual encuentro de misioneros palentinos en el Obispado de la capital. Se suelen aprovechar estas fechas de verano para reunir a los hombres y mujeres que un día abandonaron su tierra natal para anunciar el evangelio y trabajar junto a aquellas personas que viven situaciones difíciles.

Hay un total de 277 misioneros de la diócesis de Palencia presentes en 38 países de todo el mundo, sin distinción entre hombres y mujeres, siendo 145 los primeros y 132 las segundas. América, principalmente la zona centro y sur, alberga la gran mayoría de religiosos, siendo 212 en total.

Aunque son varios los países que cuentan con su ayuda, Perú es el que más recibe. Europa es el segundo continente (24), acogiendo Italia un total de 15; después iría Asia con 23 evangelistas siendo Japón (6) la nación con un mayor número. Finalmente, el continente africano es el que menos misioneros alberga (18), ocupando Angola el primer lugar (5).

Labores. Los misioneros se comprometen a dar su vida a los demás y para ello, lo dejan todo para ayudar al prójimo. Son múltiples las labores que realizan en estos países, como enseñar en las escuelas, promocionar a la mujer en los países donde están completamente olvidadas y relegadas o encargarse de miles de niños abandonados, huérfanos y víctimas de conflictos armados, entre muchas otras.

Pero no son solo los países tercermundistas los que necesitan su ayuda. Es cierto que suelen acudir a sociedades donde prima la pobreza, pero también a lugares más cercanos como pueden ser determinadas zonas europeas. «Nuestra labor es ayudar en todo lo posible a la gente que lo necesita, no vamos siempre con la Biblia en la mano, que es lo que muchos piensan», explica Domingo García, uno de los predicadores.

Cabe destacar que los misioneros no solo dejan su casa y sus seres queridos sino que también se adentran muchas veces en lugares peligrosos donde no existe la democracia o no se respetan los derechos humanos. A pesar de ello, siguen luchando para que su fe llegue a todos los rincones del mundo a través de la paz y la solidaridad.