Siempre me causó gran tristeza contemplar cómo grandes y espléndidos edificios se dejaban perder, arruinar, por desidia o inutilidad de autoridades y propietarios. Hay muchos que todavía necesitan cobijarse bajo un techo, basta visitar la Corte... Pero también existen necesidades diferentes y las construcciones pueden adecuarse para nuevas utilidades... Construir un gran edificio conlleva mucho tiempo y esfuerzo. El derroche es inmoral cuando otros padecen necesidad. Sin embargo, no pocos conventos, iglesias y palacios o grandes caserones se han dejado desmoronar por la ineptitud de quienes en esas situaciones pudieron solventarlo. Por eso me alegra saber que la fábrica de harina de Paredes va a convertirse en un complejo de viviendas que serán destinadas al alquiler. La Junta ha intervenido apoyando este cometido que servirá de ayuda social a quienes más lo necesiten. Así debería hacerse siempre con los edificios que pueden caerse, sean públicos o privados. Dejar que se desmorone un tejado es una infamia cuando otros no tienen apenas dónde guarecerse y, aunque todos tuvieran... Muchos necesitan espacios de trabajo o encuentro... La harinera citada no es construcción hermosa, pero es amplia para reutilizarla en nuevos proyectos. Mucho se habla de reciclaje y ecología pero, a menudo, lo importante se desestima y el gasto energético o en materiales que supone el abandono de casas para luego levantar otras es enorme, en comparación. Es virtud castellana la de la contención, la que evita el derroche, cierta parquedad que se ajusta sin excesos a la vida cotidiana. Otros lugares tienden a despilfarrar en lo vistoso. Castilla concentró la riqueza y la belleza en los templos, donde todos podemos disfrutar de su arte, abiertos a los hijos de Dios que entren en ellos con el debido respeto. Palacios hubo, mas bastante más discretos que en otras regiones de Iberia. Entre nosotros no está bien vista la ostentación, y eso parece sensato y una virtud social. Si hay ricos, que empleen su capital en industrias o en crear un futuro mejor; también han de ser así gobiernos locales o regionales. No al derrumbe.