Ilia Galán

Ilia Galán


Vaciamiento

30/08/2021

Acabaron las fiestas en algunos lugares, sí, en modos encubiertos, pues las hubo, pertinentes o impertinentes; los jóvenes danzantes, renegando de los cuidados que practican los mayores, muestran cómo la salud no es preferencia de quien desborda vitalidad y arriesga, pues la edad lozana se despereza con juergas, oficiales o escondidas, y en actividades lúdicas o de exploración incesantes, que es natural a una natura juvenil romper barreras, prueban campos y miran hasta dónde llegar, más allá de las fronteras; luego la vida centra con sus exigencias las ilusiones que un día existieran. Tiempos de cosecha hecha, de vendimias en otras épocas, cuyo residuo en el santoral queda... Pero el virus acecha... Los veraneantes partieron o parten, después de los alborotos estivales. Recuerdo cómo en Carrión de los Condes asomaba en la infancia el otoño con pequeñas florecillas moradas, campanillas que emergían entre las yerbas, junto al río, ahí donde había fresca. Final de agosto, preludio de estaciones más frías que llegan, con las palabras escritas en las hojas de los árboles, que ya de modo incipiente amarillean, tal vez elevadas por instantes del viento antes de caer en los suelos para, poco a poco, transformarse con sus textos íntimos en ellos mismos. El gran libro de la naturaleza nos espera, basta saber cómo escuchar sus letras. Más espacio había entonces para tumbarse en las praderas del río, entre los árboles, más tranquilidad. Mientras, los lugareños se preparaban para volver a ser los que fueron, con cierta tristeza, pues volvían los momentos laborales y la vida menos alborotada y las soledades que, bien aprovechadas, son hermosas y devienen raíces. Los niños, unidos a las juventudes y profesores, se preparan ya pensando en los pupitres y las aulas, otros prefieren no pensar en ello, retrayendo su mente al presente, impidiendo adelantar lo que perciben como un mal o un disgusto... 
Los pueblos se vacían de nuevo, la ciudad revienta, populosa, con su ajetreo. Los peregrinos van dejando de pulular por los senderos y el Camino de Santiago se va despojando de huellas. Tiempo de frutos recomenzar espera.